La Torah, Nuestro Testigo

 


Revisando lo que hemos aprendido hasta ahora del libro “Shemot”, Éxodo, es importante recordar que cuando los herederos de Yisrael fueron puestos en escapatoria de Egipto, Dios permitió que una gran mezcla de gentiles (gente no descendiente de Ya’akov) los acompañara como esta escrito en Éx.12.38. Es interesante preguntarse cuándo estos gentiles decidieron unirse a los herederos de Yisrael y la respuesta esta en dos porciones, Éx.9.20, donde algunos gentiles reverencian ( יָרֵא temen) a la Palabra de Hashem y luego en Éx.11.3-8, Dios hace que Moshé halle gracia ante los gentiles y ellos lo escucharon y algunos entendieron lo que sucedería en la última plaga.

De acuerdo a lo anterior, podemos decir que los que fueron puestos en escapatoria de Egipto eran dos grupos: un grupo conformado por los descendientes de Ya’akov y otro grupo formado por una mezcla de gentiles de diferentes naciones.  Esto nos deja con la visión de que Hashem no hace acepción de personas. Los dos grupos estaban en escapatoria por la Gracia de Hashem, pero tuvieron que escuchar y guardar la Palabra en Egipto para poder salir.

Ahora observe este hermoso pasaje en Éx.19.3 donde Hashem nos muestra los dos grupos, la casa de Ya’akov, que hoy son los judíos y a los herederos de Yisrael que son todos los de las 10 tribus que hoy estamos esparcidos como gentiles por el mundo. Y mire cómo le habla en presente a los que están en ese momento en el Sinaí y a nosotros en el futuro, que estaríamos cada uno en su Sinaí espiritual aceptando el Pacto y la Promesa.

y Moisés subió a Dios. y el Señor lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob (Judá), y anunciarás a los hijos de Israel (las 10 tribus)

Después les manda a decir que si escuchan (shema) y guardan (shomer) las instrucciones, serán el prototipo del pueblo que debería ser toda la humanidad, Éx.19.5-6. Y en Éx.19.8, vemos a todos como uno (no dos) aceptando el Pacto de ser una nación santa con Hashem como Dios. Pero después de escuchar a través del shofar (la voz) de Hashem,  la entrega de los Diez Mandamientos, tienen miedo de lo que escuchan y ven, Éx.20.18-19.

Es importante destacar que Hashem ha dispuesto entregar primero los Diez Mandamientos y luego dirá a Moshé que escriba otros mandamientos y procedimientos para los dos grupos, gentiles y descendientes de Ya’akov. Hasta aquí podemos notar que hay dos grupos de instrucciones (Torah)

El primer grupo corresponde a los Diez Mandamientos, que son dados directamente por Dios y que en forma sencilla nos dice cómo relacionarnos con Hashem (los 4 primeros mandamientos) y cómo relacionarnos entre nosotros mismos (los 6 restantes mandamientos). A este grupo de instrucciones podemos llamarlo la Torah de Dios.

El segundo grupo de instrucciones corresponde a todos los mandamientos, procedimientos y juicios que Dios ordena escribir a Moshé para que sean dados a todos los que están en la cita del Sinaí.  Pudiéramos llamar a estas instrucciones, la Torah de Moshé

Pero para todos nosotros, la Torah de Dios y la Torah de Moshé, son “La Torah”, es decir las instrucciones que contienen mandamientos, procedimientos y juicios para llevar una vida en Shalom. Y muy importante es que notemos que Dios dio todos los mandamientos y procedimientos, es decir ni Moshé ni ningún humano aportó nada a la Torah, por la sencilla razón de que todo venía desde la Eternidad.

Yeshúa confirmó en forma resumida estas dos Torah como una sola en Mateo.22.36-40 “Maestro, ¿Cuál es el gran mandamiento en la ley? Yeshúa le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón (mente) con toda tu alma (cuerpo) y con todo tus fuerzas (todo lo que tú eres). Este es el primero y grande mandamiento.  Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.  De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

Es posible que usted note en este pasaje la referencia a los Diez Mandamientos; Amar a Dios, es lo que se refiere a los cuatro primeros mandamientos, y Amar a tu prójimo se refiere a los seis últimos mandamientos. Pero Yeshúa también esta hablando de la Torah de Moshé (Ley y los Profetas), que es una ampliación o profundización de los Diez Mandamientos. En resumen la Torah, es un estilo de vida que busca una buena relación con Hashem y una buena relación entre todos los humanos y la creación. 

Yeshúa también confirma  con su venida a la tierra,  que la Torah ha sido renovada para incluir todas las enseñanzas, mandamientos y procedimientos que él mismo nos ha dejado y aclara que todo, La Ley, los profetas y su Testimonio son ahora la Torah y que no será abolida ni por él ni por nadie hasta que lleguemos al “Día Octavo”, como esta escrito en Mateo 5.17-18.

No penséis que he venido para (katalúo) derribar la ley o los profetas, sino para (πληρόω pleróo) llenarla a plenitud. Amén (Verdadero es) os digo que hasta que pasen los cielos y la tierra, no se perderá ni siquiera una yud (י la décima letra del alfabeto hebreo) ni un apóstrofe de la Torah, no hasta que todo lo que tiene que suceder haya sucedido

Es importante que observemos lo que hace Hashem en el Sinaí con “la Torah de Dios” y “la Torah de Moshe”. Iniciemos viendo lo que hace con la “Torah de Dios”,  Lo primero que debemos saber es que las tablas de piedra se las dio Dios ya escritas por Él a Moshé, lo que confirma, que estas vienen escritas desde la Eternidad, Éx.31.18 y si lee el pasaje notará que a esas tablas, Él las llama “Tablas del Testimonio”. Luego mandará hacer un אָרוֹן Aron (Arca), Éx.25.10 y ordenará poner dentro de este “la Torah de Dios”, Éx.25.16. 

A partir de ese momento el Arca es llamado Arca del Testimonio. Pero luego en Nm.10.33,  también es llamado “el Arca del Pacto”. Para comprender esto debemos pensar en dos partes que van a firmar un contrato;  Hashem y el pueblo, ambos se van a comprometer en un Pacto para lo cual ambos tendrán sus testigos el Arca del Testimonio atestigua que Hashem es la Verdad Inmutable, nunca romperá el Pacto

Ahora veamos lo que hace Hashem con la“Torah de Moshe”.  En el último libro del Pentateuco, Deu.31.25 dice: 

Tomad este libro de Enseñanza (Torah) y ponedlo junto al Arca del Pacto de Hashem vuestro Dios, y quedé allí por testigo contra vosotros 

Notemos que “la Torah de Moshé” es puesta junto (no dentro) del Arca del Pacto y quedará como nuestro “testigo”. Alguien que en un juicio, hablará la verdad, sea buena o mala para nosotros y ese testigo no se puede corromper ni manipular como establece Deu.4.2.

No añadirás nada a lo que yo te mando, ni le quitarás nada, sino guarda los mandamientos del SEÑOR tu Dios que yo te prescribo.

Hashem sabe y así nos lo deja saber, que Él cumplirá su parte del Pacto como esta escrito en Deu.7.9 

Sabe, pues, que sólo Adonaí tu Dios es Dios, el Dios firme que guarda fielmente su pacto hasta la milésima generación de los que le aman y guardan (shomer) sus mandamientos

Hashem espera que cumplamos el pacto y que nuestro testigo (“Torah de Moshé”) hablara bien de nosotros en cualquier juicio. Después de todo, en el Sinaí, el pueblo como uno dijo “Haremos todo lo que Hashem ha dicho” y también cuando una persona acepta a Yeshúa como su salvador, tiene que aceptar a su testigo. 

que si confiesas con tu boca a Yeshúa por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás (σώζω sózo) librado Rom10.9

Todo el que acepta el Pacto tiene la oportunidad de vivir en shalom.

Y sucederá que porque escuchas (shema) estos procedimientos y los guardas (shomer) y los cumples, el Señor tu Dios guardará su pacto contigo y su bondad que juró a tus padres. Él te favorecerá y te bendecirá y te multiplicará; Bendecirá el flujo de tu matriz y el fruto de tu tierra, tu grano nuevo, tu mosto y tu aceite, el parto de tu vacada y el nacimiento de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.  Deu.7.12-13

Bendito serás en la ciudad, y bendito serás en el campo.  Bendito el fruto de tu vientre, el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el aumento de tus vacas y las crías de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa (recipiente para amasar). Bendito serás cuando entres, y bendito serás cuando salgas. Deu.28.3.6.

Sabemos que Hashem por ser la Verdad Inmutable no romperá el Pacto, pero los que prefieren no escuchar su Palabra, pueden romper el Pacto y será el testigo que esta junto al Testimonio de Hashem quien se encargue de atestiguar en contra de ellos.

Pero sucederá que si no obedeces al Señor tu Dios, guardando todos sus mandamientos y estatutos que te ordeno hoy, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán:  Maldito serás en la ciudad, y maldito serás en el campo. Malditas serán tu canasta y tu artesa. Maldito el fruto de tu vientre y el producto de tu suelo, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño. Maldito serás cuando entres y maldito serás cuando salgas. Enviará el Señor sobre ti maldición, confusión y censura en todo lo que emprendas, hasta que seas destruido y hasta que perezcas rápidamente, a causa de la maldad de tus hechos, porque me has abandonado. El Señor hará que la peste se te pegue hasta que te haya consumido de sobre la tierra adonde vas a entrar para poseerla. Te herirá el Señor de tisis, de fiebre, de inflamación y de gran ardor, con la espada, con tizón y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas. Y el cielo que está encima de tu cabeza será de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro. Y el Señor hará que la lluvia de tu tierra sea polvo y ceniza; descenderá del cielo sobre ti hasta que seas destruido. Lea todo el capítulo 28 de Deuteronomio. 

Conclusión 

La biblia muestra que el pueblo de Dios hoy, es un pueblo mixto, como el que llegó al Sinaí, hoy estamos compuestos de judíos y gentiles kadosh (separados), pero tanto en el Sinaí como hoy, los que aceptan como uno,  la Voz del Shofar,  también tienen que aceptar al testigo, que hablará bien o mal de los se presentan a aceptar el Pacto.

El testigo (la Torah y el Testimonio), esta para que tengamos una vida de shalom en este mundo, una vida llena de bendiciones, es ese testigo, quien por haber venido desde la Eternidad puede atestiguar por nosotros en la Eternidad.  

Pero también ese mismo testigo puede demostrar que no escuchamos ni guardamos las “cláusulas” del Pacto, en cuyo caso el testigo mostrará que no hemos cumplido con Ef.4.13 

hasta que todos lleguemos a la unidad de la fidelidad y del conocimiento pleno del heredero de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Mashiaj 

Shalom


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