Dios es espíritu, y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
La pregunta es ¿Qué quiso decir Yeshúa con este pasaje?
Escudriñemos
Para escudriñar el tema veamos el contexto con el cual llegamos al pasaje. Observemos que Yeshúa salió de Judea con destino a Galilea, pero decidió escoger el camino a través de Shomron, Samaria.
Veamos lo que sucede a partir de Jn.4.20, la judía samaritana acepta las enseñanzas de Yeshúa HaMashiaj, pero responde que sus antepasados le habían enseñado que la adoración a Dios se debe hacer en el Monte de Gerizim y agrega que los judíos de Judea cambiaron esa adoración a Jerusalén.
Lo primero que debemos preguntarnos es, ¿qué es la adoración? Si pensamos en la adoración como el concepto usado hoy, en muchas congregaciones, tanto católicas como cristianas en sus más de 30 mil diferentes denominaciones, nos encontraremos con que la adoración es una serie de expresiones que incluyen; música, cantos, expresiones corporales, gritos y danzas, todo esto, alentado por ceremonias que se convierten en ritos, las cuales terminan pareciéndose más a un culto pagano, (1 Rey.18.26-29).
La palabra en griego usada en Jn.4.20, que tradujeron como adorar o adoración, es “proskuneō” que significa: arrodillarse, inclinarse, caer a los pies de otro (Mt.2.2, Luc.4.7, 1 Cor.14.25, Rev.22.8) y esta palabra se originó de la palabra hebrea שָׁחָה shakjá.
La palabra “שָׁחָה shakjá”, que han traducido como adorar en el “Antiguo Testamento”, literalmente es postrarse rostro a tierra o inclinarse bajando la cabeza delante de Dios, por lo que el traductor le dio el sentido de “adorar”.
Bíblicamente, lo que quiere transmitir este concepto es; un llamado a presentarse ante Dios con respeto, obediencia y amor, esperando que sea Él, quien nos levante la cabeza mediante su justicia para reconciliación.
Adoración Bíblica, es lo que vemos en Gen.22.5 cuando Abraham le dice a sus siervos que lo esperen, porque él y el “muchacho” subirán a adorar, es decir, a postrarse como siervos obedientes ante el pedido de Hashem (sacrificar a Yitzjak). Lo mismo vemos en: 1 Sam.1.3, Jn. 12.20, Zac.14.16 y muchos otros versos.
Lo contrario a la “adoración es ser “duro de cerviz”, es no inclinar la cabeza ante Dios (Isa.48.4), es resistirse al Ruaj HaKodesh y no estar circuncidado del corazón, es decir, no tener una mente transformada por Mashiaj (Hch.7.51).
Volviendo al relato de Jn.4.20, La judía samaritana estaba diciéndole a Yeshúa que ellos se inclinaban rostro a tierra en Gerizim, pero los judíos de Judea, establecieron que había que postrarse rostro a tierra en el templo de Jerusalén.
Jn.4.21, Yeshúa le responde a la samaritana “que tenga confianza en él”, es decir, en su “fidelidad” (emunah), porque vendrá el tiempo en que no se postrarán ni en el Monte Gerizim, ni en el templo de Jerusalén. Esto era porque en ambos lugares ya no se postraban ante Hashem, sino que hacían cultos a los ídolos y hombres en Gerizim, y a templo y hombres en Jerusalén.
En Jn.4.22, Yeshúa le confirma, que los samaritanos se están postrando ante algo que no conocen, porque creen estar inclinándose ante Dios, pero lo están haciendo ante ídolos, y le dice: “nosotros, los judíos (de Judea, Galilea y Helénicos, etc.), adoramos lo que conocemos, porque la “salvación (la yeshua) viene de los judíos”.
Yeshúa le dijo esto, porque su primera venida y sacrificio ya había sido profetizado por sus siervos, los profetas (Isa.9.6, Isa.7.4, Miq.5.2, Isa.49.6-7, Salm.22.14.16-18, Zac.9.9, Zac.11.11-12, Malaq.3.1, entre otros), pero los samaritanos, no incluían entre sus libros sagrados, los de los profetas.
Y en Jn.4.23, Yeshúa hace una acotación muy importante y le dice a la judía samaritana que “la hora viene, y ya es”, dicho de otra forma; “se acerca el tiempo, y de hecho, ese tiempo ya ha empezado, para una nueva adoración.
Note que Yeshúa habla de un tiempo que vendrá, en el que se adorará a Hashem, esto es una referencia a la adoración en el Cielo (Ez.1.26-28, Rev.7.9-12, Rev.19.1-8), pero además dice que ese tiempo ya se inició, esto lo dice en referencia a la adoración hacia Él en la tierra (Mt.2.11, Mt. 28.16-18, Luc.8.41).
El tiempo "ya es", para que los verdaderos adoradores dejen de postrarse a cosas materiales y hombres, porque con su primera venida y el pago del precio en la cruz, se derramó el Ruaj HaKodesh, la mente de la santidad (Joel 2.28, Hech.2.4), que transformó y continúa transformando la ruaj (mente) de los verdaderos adoradores (Jer.31.33, Ef.4.17)
Ya es el tiempo en que los verdaderos adoradores, adorarán a Dios (el Padre) con toda su mente (renovada), con todo su cuerpo (siendo templo) y con todas sus fuerzas (obras) (Deu.6.5, Mt.22.37), porque tienen y tendrán la mente de la Santidad (1Cor.2.16).
Para entender mejor esta porción debemos comprender que es “Padre”. Esta palabra en español es una traducción del griego “patēr”, que a su vez se tradujo del hebreo אָב ab que literalmente significa padre, como un originador de una familia.
Es interesante ver que la primera letra de la palabra Padre, אָב ab, en hebreo es alef ( א ) que hace referencia al Principio u Origen, que es Dios, y la segunda letra, bet (ב) tiene el significado de “casa”, es decir, Padre אָב ab es el Origen de una casa o familia, por eso se dice “Casa de Ya’akov”, es decir de donde se originan los herederos de Ya’akov. Por tanto, el Padre (él Origen, Dios) es la casa de sus herederos.
En Jn 1.1-5, se nos explica el significado de אָב ab Padre, “origen”, allí vemos que en el origen estaba la Palabra, y la Palabra era Hashem, por lo que el origen de todo es la Palabra, pero así mismo la Palabra es Hashem y existía desde el origen y el origen es el que le dio vida a todo, Él es la Casa y Él es Eterno. Y el Eterno es la Luz (Jn.1.8-9).
Volviendo al relato de Jn.4.23, Yeshúa le dice a la samaritana: “los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu (ruaj) y en verdad (emet)”. Dicho en otras palabras; “los que verdaderamente se postrarán ante Dios, lo harán en ruaj y en emet”
Lo primero que debemos notar, es que se está hablando de verdaderos adoradores, como lo fue Abraham, quien se mantuvo en la Fidelidad de Dios (Heb.11.19), dispuesto a postrarse ante Dios y sacrificar lo que más amaba en la tierra con tal de respetar, obedecer y amar a Hashem y Dios le levanto la cabeza.
Abraham aprendió a “cumplir lo que Dios le mandaba”, Dios lo educó en su fidelidad (emunah), y el amor a Él. Adorar (amar a Dios) no es practicar cultos, es cumplir sus mandamientos en este mundo (Jn.14-15, Jn.14.21, Jn.15.10) para poder llegar a la adoración en el mundo venidero (Rev.14.13, Rev.19.9, Rev.22.14).
Los verdaderos adoradores, adoran a Hashem en ruaj, esto es con una mente renovada por la mente (ruaj) de Mashiaj y también los verdaderos adoradores se postran en verdad, pero ¿Qué es “verdad” según la Biblia?
La palabra en nuestras Biblias, que han traducido como “verdad”, viene de la traducción de la palabra griega “aletheia” que, a su vez, se ha traducido de la palabra hebrea אֱמֶת emet que significa literalmente “verdad”.
En hebreo, אֱמֶת emet, encierra un significado espiritual porque es una palabra que enmarca todas las letras del alfabeto hebreo, como se observa en la figura siguiente
Alfabeto Hebreo
Recordemos que el idioma hebreo se lee de derecha a izquierda y podemos notar que la palabra “Emet” אֱמֶת inicia con la letra alef (א) siendo esta la que origina todo el alfabeto hebreo, también tiene en el medio la letra mem (ם) que simboliza la fuente de la Sabiduría Divina. Y al final la letra tav (ת), que simboliza el sello final de la creación y el reino infinito, la casa o el hogar de Hashem.
Todo esto espiritualmente nos está diciendo que la “emet”, la verdad, abarca todo el lenguaje bíblico, desde el origen (Dios), creando las palabras de la torah (Sabiduría Divina) hasta el final, el mundo venidero, la Eternidad.
La revelación espiritual de esto, nos la da Yehoshúa HaMashia al inicio del último libro de la Biblia, diciendo: “Yo soy el Alef (el origen) y la Tav (el postrero)" (Rev.1.8) y sella toda la Biblia diciendo: “Yo soy el Alef (el origen) y la Tav (el postrero)" (Rev.22.13).
Y en Jn.14.16 nos dice: “Yo soy el camino, la verdad, y la Vida. Nadie viene al Padre sino por mí”. Dicho de otra manera: “Yo soy el proceder (camino), soy el origen y el postrero (la verdad), y soy el hogar (la la vida eterna), nadie puede ir al Origen de Todo si no es a través de la “Sabiduría Divina”.
Recordemos también que Yehoshúa al final del último libro de la Biblia, hizo una última advertencia: “no añadan palabras a la Verdad, porque si lo hacen Elohim permitirá que las plagas vengan sobre aquel que lo haga” (Rev.22.18) y “si alguno quita palabras de la Verdad, el que lo haga no entrará a la Casa de Elohim, es decir tendrá muerte eterna”
Ahora note lo que pasa si alteramos la palabra אֱמֶת emet (la Verdad) y le quitamos la letra alef (א), es decir, “el principio”, lo que nos queda es otra palabra מֶת met y el significado literal de esta palabra en hebreo es “muerto”.
Dicho de otra manera, si nos apartamos del Principio y el Postrero (la verdad y la vida), que es Yehoshúa, el Eterno (Isa.41.4), el único Dios (Isa.44.6), que es “Uno” (Isa.48.12, Deu.6.4, Mr.12.29), solo nos quedará la muerte eterna.
Regresando a Jn.4.23, Yeshúa está diciendo que vendrá el tiempo en el que los verdaderos adoradores se postrarán ante el Principio, el Origen, el Padre, pero también le dice que ese tiempo ya se inició, por eso le dice “y ahora es”.
Espiritualmente, estamos en un tiempo, que es “ahora”, donde Yeshúa está procurando verdaderos adoradores, que permitan que sus mentes (ruaj), sean transformadas por la Mente de la Santidad (Ruaj HaKodesh), para que en un tiempo futuro, que ineludiblemente llegará, esos verdaderos adoradores, se postrarán ante el Origen, el Principio de todo.
Por eso Yeshúa le dice a la samaritana en Jn.4.24.
Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad.
Este pasaje en otras palabras nos dice: “Hashem es o tiene una ruaj (mente) y los que se postran ante él, deben hacerlo en o con una ruaj (mente) y en o con la emet (verdad)
Para entenderlo mejor debemos recordar que Hashem es bueno y para siempre es su bondad (Sal.107.1), por tanto, Él tiene una mente (ruaj), que no puede ser corrompida por el mal, sus pensamientos son de “shalom” y no de mal (Jer.29.11), su mente es eterna (Salmo.135.13). En cambio, la mente (ruaj) del hombre está inclinada al mal (Jer.17.9, Mrc.7.21-23), desde la infancia (Gen.8.21) y necesita ser transformada por Dios para llegar a ser eterna (Salmo.139.23-24).
Sabemos que nada inmundo entrará a la Jerusalén Celestial (Rev.21.27), por lo que, no podemos imaginar que una mente (ruaj) con pensamientos de mal, llegue al “Principio”, es decir, al Padre eterno, a Yehoshúa en toda su Poder.
De acuerdo a esto, podemos entender, que lo que está enseñando Jn.4.24 es: que Hashem es una mente incorruptible, inmutable e indestructible (es ruaj) y los que se postren ante Él, deben hacerlo con una mente incorruptible (ruaj) y con la verdad (emet), con una mente transformada por la "Verdad" (emet), para que puedan ser semejantes a Él. Cualquiera que se postre ante Él de otra forma, está poniendo en riesgo su vida eterna.
Y finalmente, en Jn.4.25, la mujer dice que ella ha sido enseñada en que vendrá el Ungido, que les explicaría sobre la salvación (la yeshua), pero precisamente eso era lo le enseñaba Yeshúa, que ella y todos los que se postren ante él con una mente incorruptible y en la Torah completa verán a Hashem cara a cara en toda su Gloria.
Y por eso, en Jn.4.26, Yeshúa termina confirmando a la samaritana, que él es el Ungido que ella estaba esperando.
Conclusión
La pregunta es ¿Qué quiso decir Yeshúa con este pasaje?
Lo que quiso decirnos Yeshúa, es que él nos busca para que nos postremos ante Él como verdaderos adoradores y que iniciemos en este mundo el proceso de retorno al origen, con la transformación de nuestra mente a través de la torah completa y con la ayuda del ruaj HaKodesh y así podamos junto a David y todos los verdaderos adoradores en ruaj y emet, ver al Origen, cara a cara (Salm.17.15, 1 Jn.3.2), porque escrito está en 1Cor.13.12,
Porque ahora vemos por un espejo, como un enigma, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido.
Shalom
0 Comentarios