Según una visión ampliamente aceptada de los evangelios, Yeshúa tuvo que morir por nuestros pecados porque los seres humanos no podían guardar los mandamientos de la Ley. Este argumento plantea que antes de Yeshúa nadie podría salvarse porque nadie era capaz de cumplir los mandamientos de la Torá y por eso Yeshúa abolió la Ley y con solo aceptarlo a él como salvador ya estamos salvados.
Lo anterior refleja un malentendido fundamental, y para explicarlo vamos a usar el ejemplo de la salida de Egipto de los herederos de Yisrael. Lo primero que podemos apreciar de ese evento es que Dios no mandó a decir a los herederos de Ya’akov que clamaban en Egipto, que los sacaría de Egipto si seguían la Ley, de hecho no existía la Ley. Él simplemente los sacó con mano dura por gracia ( חֵן hen) como se ve en Ex.11.3. Todos sabemos que Dios podía sacarlos sin realizar ninguna señal o plaga, pero él deseaba que tanto él mundo como los herederos de Yisrael lo conocieran y vieran que solo él es Dios. Además y lo más importante, él estaba creando una nueva nación con la cual quería desarrollar una relación en la que él sería su Dios y ellos serían su pueblo.
Al llegar al Sinaí, sitio en el que se sellaría él pacto, ya estaban fuera de Egipto, habían sido salvados del abuso de los egipcios, pero no saben cómo mantener una relación con Dios, debido a esto Dios les manda primero los Diez Mandamientos; vistos en Ex. 34:28; Deu. 4:13; 10: 4, que son el preámbulo de la Torá y después les da a conocer la Torá, que son el resto de las estipulaciones de Dios, para que servirán como fundamentos de la relación Pueblo-Dios.
Al comienzo de los Diez Mandamientos, Dios declara: “Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. No tendrás otros dioses fuera de mí”, Ex.20: 2-3. Esta es la primera exigencia de la Ley, no adorar a ningún otro dios y viene después de que el Dios de Yisrael ya ha sacado al pueblo de la esclavitud en Egipto. Pero antes de que se diera ese primer mandamiento, ya Dios les había mostrado que es la "salvación" (ישׁועה; yeshuah), véase Éxodo 14:13; 15: 2.
Por lo anterior debemos comprender que Dios ofrece a los herederos de Yisrael la salvación por gracia como un favor no merecido antes de que ellos observen un solo mandamiento de la Torá. Esto quiere decir que el objetivo de la Ley no era “salvar” a los hebreos.
Deuteronomio aclara que la Ley viene en respuesta a la salvación de Dios, no como la forma de lograr la salvación. Moisés proclama a su pueblo: “Recuerda que eras esclavo en Egipto y que el Señor tu Dios te rescató de allí; por tanto, te mando que guardes esta palabra”, Dt. 24:18. Esto quiere decir que Dios espera que los hebreos en agradecimiento por la salvación, que por gracia han recibido, observen los mandamientos de la Torá. Esto mismo se puede apreciar en Efesios 2: 8-10, “Por gracia has sido salvo mediante la fidelidad (de Dios). Y esto no es obra tuya; es don de Dios, no [resultado] de obras para que nadie se jacte. Porque somos hechura suya, creados en el Mesías Yeshúa, para buenas obras, que Dios preparó de antemano para que caminemos en ellas”. Nuevamente se aprecia que la salvación es por gracia, pero en agradecimiento por la salvación Dios espera que caminemos en buenas obras que él ha preparado de antemano es decir, que caminemos en los mandamientos de Dios (Torá).
En conclusión, ser salvo no fue una decisión de los herederos de Ya’akov, fue un regalo por amor y la Torá que se les entregó después fue el manual para saber cómo tener una buena relación con Dios para conocerlo y decirle; “Gracias Dios por la Salvación”.
Tanto usted como yo ya fuimos puestos en escapatoria del mundo, llegamos a nuestro Sinaí espiritual y recibimos el manual para establecer una relación con Dios, la observancia de este manual de vida determinará la buena o mala relación que tendremos con el Señor, podemos llegar a tener una relación con Dios como la de Josué, Caleb o incluso como Moisés, pero también podemos tener una relación con Dios como la que tuvo toda la generación que quedó enterrada en el desierto.
Deu.7.8-9 dice: “más porque el Señor os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, el Señor os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto. Reconoce, pues, que el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel, que guarda su pacto y su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos”
Hashem no nos puso condiciones para la salvación, la salvación es por Su Amor, pero a cambio él espera que seamos agradecidos al seguir el manual para que lo conozcamos, seamos fieles y caminemos hacia el Día Octavo de victoria en victoria. Amen
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