Durante mucho tiempo, la mayoría de los líderes de iglesias han enseñado que el profeta Elías fue llevado al cielo en un carro de fuego y que allí espera para regresar con el Mesías en la segunda venida. Esta creencia se basa en una interpretación literal de 2 Reyes 2:11 (versión Reina Valera):
"Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino."
Pero, ¿fue Elías realmente arrebatado a la morada de Dios, o este pasaje tiene un significado más profundo? Para responder a esta pregunta, es necesario analizar el contexto de su vida y ministerio.
Escudriñemos.
Elías (en hebreo, Ēliyahū, "Mi Dios es Hashem"), él era residente de ciudad de Tisbé, ubicada en la región de Galaad, al este del río Jordán y aparece abruptamente en 1 Reyes 17:1. Su ministerio se desarrolló en el Reino del Norte, donde el rey Jeroboam había establecido un culto de idolatría. Esta apostasía se intensificó con el rey Acab y su esposa, Jezabel, una princesa pagana que introdujo la adoración a Baal y Asera, persiguiendo y asesinando a los profetas de Dios.
En este oscuro panorama, Dios envía a Elías para confrontar a Acab. Después de anunciar una sequía, Elías se esconde. Durante ese tiempo, la búsqueda de Jezabel es tan intensa que el mayordomo de la casa de Acab, Abdías, le dice a Elías que el rey lo ha buscado "en toda nación y reino". Lo más interesante de este pasaje, que a menudo se pasa por alto, es la revelación de Abdías en 1 Reyes 18:12: "sucederá que cuando te deje, el Espíritu (Ruaj) del Señor te llevará adonde yo no sepa".
Esto nos da una clave crucial: el profeta era constantemente trasladado por el Ruaj de Dios para escapar de las garras de sus enemigos. Elías era un hombre con pasiones similares a las nuestras (Santiago 5:17), y a pesar de su gran fidelidad, el miedo también lo asaltó, llevándolo a huir de Jezabel y a deprimirse en el desierto, pero la mano de Dios (el poder) estaba siempre sobre él.
Otro ejemplo de este traslado sobrenatural ocurre después del famoso enfrentamiento en el Monte Carmelo. La mano del Señor lo capacita para correr más rápido que el carro de Acab y llegar a Jezreel (1 Reyes 18:46). Este tipo de traslados milagrosos no era exclusivo de Elías; también lo vemos con Ezequiel (Ezequiel 3:14) y Felipe (Hechos 8:39).
El Arrebatamiento de Elías y su Continuidad en la Tierra
En 2 Reyes, encontramos el relato de la sucesión de Elías a Eliseo. Elías, sabiendo que su tiempo en el Reino del Norte había terminado, viaja acompañado de Eliseo, desde Betel a Jericó y, finalmente al río Jordán cerca de su casa. Al cruzar el río, y cerca de Tisbé, la ciudad natal de Elías, Eliseo le pide una "doble porción" de su ruaj (poder), que Dios le había otorgado. Elías le responde que la obtendrá solo "si me ves cuando sea llevado de ti" (2 Reyes 2:10).
En ese instante, un carro y caballos de fuego se manifiestan, separando a los dos profetas. Elías es llevado al cielo en un torbellino (2 Reyes 2:11). Impactado por lo que ve, Eliseo rompe sus propias vestiduras. Luego, ya más calmado, recoge el manto que Elías dejó caer, un símbolo tangible de que ha recibido la doble porción.
La prueba de esta unción no tarda en llegar: Eliseo usa el manto para golpear el río Jordán, que se divide para que él pueda regresar al Reino del Norte. Este acto confirma que la autoridad y el poder de Elías ahora residen en su sucesor.
Este pasaje puede ser interpretado literalmente como el rapto de Elías al cielo. Sin embargo, a la luz de los traslados sobrenaturales que Elías ya había experimentado, el carro y los caballos de fuego pueden verse como una manifestación del poder de Dios. Dios permitió que Eliseo viera esta señal para confirmar que la "doble porción" del espíritu de Elías le había sido concedida.
El hecho de que Elías no fue al cielo a la morada de Dios se evidencia en el siguiente pasaje que tiempo después de su "arrebatamiento", el rey de Judá, Joram, recibe una carta del profeta Elías , como se lee en (2 Crónicas 21:12)
Y le llegó una carta del profeta Elías, que decía: Así dice el Señor, Dios de tu padre David: «Por cuanto no has andado en los caminos de Josafat tu padre, ni en los caminos de Asa, rey de Judá,
Esta carta es de amonestación por su mal comportamiento. Este hecho es de vital importancia, pues ¿cómo podría Elías, si estuviera en el cielo, enviar una carta a un rey en la Tierra? Esto prueba que Elías fue trasladado a otro lugar terrenal, probablemente a su casa, desde donde continuó su ministerio profético.
La visión del carro de fuego fue la forma en que Dios le mostró a Eliseo su poder. De hecho, tiempo después, Eliseo muestra que ha recibido el poder que tenia Elias y le pide a Dios que abra los ojos de su siervo para que vea que estaban rodeados de "caballos y carros de fuego" (2 Reyes 6:17), demostrando que estas manifestaciones celestiales son la forma en que el Ruaj HaKodesh, el Poder o la Mente De Dios se manifiesta a sus escogidos.
Conclusión:
Si nos preguntamos ¿Fue Elías arrebatado al cielo? No, Elías no fue arrebatado al cielo. Fue trasladado a otro lugar en la Tierra, posiblemente a su ciudad natal Tisbe, en Galaad, al este del río Jordán.
Este evento sirvió para que Elías continuara su ministerio de una manera diferente y como un testimonio del poder de Dios para mover a una persona de un lugar a otro en este planeta.
Elías murió como todos los héroes bíblicos, esperando la resurrección de los justificados. La Biblia es clara en que nadie ha subido al cielo, excepto Yehoshúa HaMashiaj (Juan 3:13).
Shalom
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