Tener fe en Dios





La mayoría de las traducciones de la Biblia usan la palabra “fe” en cientos de versículos. Estos versos parecen establecer que la “fe en Dios” es simplemente creer en Él y que solo por creer ya eres salvo, no importa si tienes poca o mucha fe.


La pregunta es ¿Qué es la fe del hombre, en Dios?


Escudriñemos


Establezcamos primeramente qué es el concepto de fe entre individuos. Cuando una persona tiene fe en otra, lo que está diciendo es que ha decidido creer en el otro. Esto quiere decir que “deposita confianza” en que la otra persona no traicionará la creencia que se tiene de él y exhibirá acciones que muestran obediencia a lo que se cree de él y un agradecimiento a esa “fe”.


Un ejemplo de esto es un matrimonio, la pareja decide, creer o tener fe el uno del otro. Esto es un pacto el cual ninguno de los dos romperá la fe, ósea lo que cree del otro, entonces aceptan que ninguno de los dos será infiel al otro. Esto indica que la fe se expresa en la fidelidad.


La fidelidad implica mantener la promesa de ser fiel y ser fiel es ser leal, confiable y mantener la promesa, en el caso de un matrimonio la promesa es mantenerse unidos hasta que la muerte los separe.


De esta manera, los humanos hemos trasladado este concepto de “fe humana", a lo que es tener “fe en Dios". Tener fe en Dios, es decidir creer en la existencia de un ser supremo y expresar esa fe, mediante: oraciones y rituales religiosos, de manera que se espera que Dios exhiba obediencia a lo que se pide y agradecimiento por esa “fe”.


Según este concepto, la fe del hombre hacia Dios, puede variar en intensidad, es decir, el ser humano puede expresar mediante oraciones o rituales, una mayor o menor "fe". De acuerdo a esto, Dios debe mostrar mayor o menor obediencia y agradecimiento de acuerdo a la mayor o menor intensidad de la creencia humana. Esto es lo que enseñan sobre Heb.11.1, que en la mayoría de nuestras Biblias, se ha traducido así:


Es, pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.


Con base en esto, algunos enseñan, que los creyentes, como le tienen fe a Dios, tienen también la certeza de que recibirán cualquier cosa que le pidan, porque Él es obediente y debe estar agradecido de esa fe humana. Es más, si lo que se le pide se le pide con "fuertes oraciones o rituales", Él se verá mayormente obligado a responder de acuerdo a la intensidad de las oraciones, ritos o cultos.


Pero en realidad, lo que expresa este versículo es: que la fidelidad es mantenerse seguros en lo que esperamos y lo que esperamos es la venida de Mashiaj, la fidelidad es estar seguros de que recibiremos lo que ahora no vemos, la promesa de mantenernos unidos a Yehoshúa en vida eterna.


La Biblia enseña que los hombres no tienen "fe", el Salmo 14 dice: “Se asoma Adonai desde los cielos hacia los hijos de Adán, para ver si hay un sensato, alguien que busque a Dios.”, El salmo continúa diciendo que Dios no encontró a nadie que haga el bien. Esto quiere decir que no hay uno que decida por sí mismo tener “fe en Dios”. 


La razón de lo que dice el Salmo 14 es que palabra “fe” no existe en el pensamiento hebreo bíblico, el término correcto, para “fe” en hebreo es אמונה (emunah), que surge de la raíz אמן (amn), que significa "apoyarse con seguridad" y se relaciona con las palabras אָמַן amán, que significa "fiel" “permanecer”, “educar”. De esa misma raíz surge la palabra hebrea: amén, que  significa: "verdaderamente", "está establecido", "que así sea". También surge “emet”:verdad. Tal vez por eso se tradujo “emuna” como “fe” en el sentido de que la verdad (emet) es que Dios existe y podemos apoyarnos en que Él es fiel, y nos muestra Su fidelidad escogiéndonos, para educarnos y poder recibir la Promesa


Emunah ha sido traducida de la Biblia hebrea a la palabra griega “pístis”, que a su vez se tradujo a las Biblias en español, como “fe” y “fidelidad”, pero lo correcto es entenderla como: la seguridad de que Dios cumplirá su promesa. Esto nos lleva a pensar que la relación entre Dios y los seres humanos, la busca Dios para desarrollar un “matrimonio”, en donde la promesa se puede entender como: “Hasta que la Vida (Yehoshúa) nos una”.


Esta promesa surge de la profecía hecha por Dios a HaSatan, justo con la caída del Adam (humano) en Gen.3.15: “Pondré enemistad entre ti (HaSatan) y la mujer (el pueblo escogido), y entre tu descendencia (de Hasatan, los cardos y espinos, gente mala e impía) y su descendencia (Yehoshúa que vino en forma humana entre el pueblo escogido); él (Yehoshúa) te herirá en la cabeza (te lanzará al lago de fuego) y tú le herirás en el calcañar (le crucificarás).


La promesa queda implícita para el futuro, es decir, que del pueblo de Israel vendría Yehoshúa (Dios mismo) y después de su crucifixión y resurrección, vendría la promesa, “hasta que la Vida nos una”.


La Biblia es clara en enseñar que la fidelidad de Mashiaj establecida en Gen.3.15 es la que busca al Adam del pueblo escogido, para cumplirle la promesa. No es que el hombre tiene “fe en Dios”, es que Dios es Fiel y, por tanto, mantendrá su fidelidad al cumplimiento de la promesa "matrimonial" “hasta que la Vida nos una”, porque escrito esta:


Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fidelidad, y esto no procede de ustedes, sino que es regalo de Dios Ef.2.8


Luego vemos en Santiago 2.5

Hermanos míos amados, escuchad: ¿No escogió Dios a los pobres (los que se humillan) de este mundo para ser ricos en fidelidad y herederos del reino que Él prometió a los que le aman?


La fidelidad de Dios y el “creer en Dios”, son dos cosas diferentes, la fidelidad viene de Dios al hombre, pero creer en Dios, es algo del hombre hacia Dios, que solo significa que: “cree que Dios existe”, pero eso  también lo hacen los demonios y a diferencia de los hombres, tiemblan (Stg.2.19).


¿Qué quiere decir que los demonios tiemblan cuando creen que Dios existe? Esto quiere decir; que los demonios están seguros, no solo de que Dios existe, sino de que es fiel a lo que dice y, por tanto, Dios cumplirá lo que profetizó contra ellos en Gen.3.15 y será hecho en Rev.20.10.


En cambio el hombre cree que Dios existe pero no tiembla, porque han sido enseñados en un Dios amoroso, no en un Juez Justo, inmutable y fiel a lo que ha dicho. En otras palabras, no hay temor de Dios, porque se cree en su existencia pero no en lo que dice. Por eso Stgo.2.14, enseña:


¿De qué sirve, hermanos míos, si alguien dice tener fe y no tiene acciones que lo demuestren? ¿Es tal “fe” capaz de salvarlo?


Lo que enseña el pasaje es que el ser humano dice creer en Dios, es decir tener "fe en Él", pero no tiembla, no teme a Dios como los demonios, porque no cree en sus instrucciones (torah) y no exhibe obediencia, sino que obedece lo que le enseñan los hombres. Por eso esta escrito en Mt.15.8-9


Este pueblo me honra con sus labios, pero sus corazones están lejos de mí. Su adoración hacia mí es inútil, porque enseñan mandamientos creados por el hombre como si fueran doctrinas”.


De allí la pregunta: ¿Será que simplemente creer en Dios, servirá para alcanzar la promesa de este matrimonio?, “hasta que la Vida nos una”.


Conclusión


¿Qué es la fe del hombre, en Dios?


La fe del hombre en Dios; es creer en la existencia de Dios, pero no en su palabra, es la "fe", que han enseñado los hombres; que Dios por "esa fe", es decir por solo creer, esta obligado a entregar lo que se le pida.


Esas doctrinas le han enseñado a muchos, que Dios se complace en una "fe" de pactos y sacrificios, pero en 2 Sam.11.22, estableció algo que no cambiará:


Samuel dijo:“¿Se complace Adonai tanto en holocaustos y sacrificios como en obedecer lo que dice Adonai? Ciertamente obedecer es mejor que sacrificar, y obedecer instrucciones más que la grasa de los carneros.


También les han hecho olvidar que; "la fidelidad es por el oír (shema y Shomer, escuchar para hacer) y el oír es por la palabra de Dios. Esto quiere decir que la fe no es creer en Dios, es escucharlo para obedecerlo sin quitar ni agregar a lo que el dijo que escucharan para hacer.


La fidelidad (que han traducido "fe"), realmente, es la Seguridad constante del regreso de Mashiaj; la certeza de que aunque ahora no lo vemos, lo veremos cara a cara porque seremos semejantes a El.


Shalom


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