En Mrc.11.24, en la versión RV1960, dice:
Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
Según este pasaje la “fe” mueve montañas. La pregunta es: ¿la fe puede mover montañas?
Escudriñemos
Para comprender el referido pasaje tenemos que entender que es la "Fe". El origen etimológico de la palabra fe viene del latín “Fides” que significa “lealtad”, de esta palabra se originan las palabras: fehaciente, el que hace fe, fidelidad, el que es leal a otra persona y fiel, el que guarda la lealtad y cumple sus obligaciones para con otra persona.
La otra palabra que debemos comprender es “Creer”. Esta palabra se origina del latin credĕre, el cual posee dos raíces indoeuropeas una es “kerd” (cardio), en referencia al corazón, y la otra es “dhē”, que se refiere a colocar. Por lo tanto, “creer” se puede entender como alguien que está “poniendo el corazón (la conciencia) en algo que desea”. En este sentido, según los romanos y los griegos, La fe (Fidel) es la fidelidad a lo que pones en tu mente (corazón).
Conociendo esto vemos que en el “Nuevo Testamento”, la palabra “fe” es una traducción de la palabra griega “pistis”, que significa fidelidad, lealtad, verdad y esta “pistis” fue traducida de la palabra hebrea “emunah”, que significa firmeza, fidelidad, lealtad, inmutabilidad, verdad.
La palabra en español fe aparece en la Biblia unas 241 veces de las cuales solo dos veces aparece en el "Antiguo Testamento" una e Job 39.12, que se refiere a si un buey salvaje puede ser educado o entrenado y en Habacuc 2.4 que se refiere a la fidelidad de Elohim como una educación para con aquel que es justificado por Él. Esto quiere decir que la palabra "fe" como creer, no existe en el hebreo bíblico, sino que existe fidelidad como un proceso educativo para que alguien sea fiel o leal.
Las más de 200 veces que aparece la palabra "fe" en el "Nuevo Testamento", es una traducción de la palabra griega "pistis", que debió ser traducida como fidelidad o lealtad, pero fue traducida como "fe" y entendida en el sentido grecorromano de creer que lo que se pone en la mente, si se pide con suficiente fuerza se alcanzará.
Note que hay una diferencia entre el concepto de "fe" para los grecorromanos y lo que quisieron transmitir los escritores de la Bíblia con las palabras; "emunah" en el "Viejo testamento" y "pistis" en el "Nuevo Testamento"
Esto quiere decir que la interpretación de la palabra “fe" debería ser: firmeza, fidelidad, lealtad, inmutabilidad, verdad. Sin embargo muchos interpretan la “fe” como el poder mental que tiene el hombre para hacer que sus deseos se cumplan, dando el sentido de que la fe es un poder humano.
Pero la Biblia claramente dice que la “pistis” no es de los hombres sino un regalo de Elohim. Esto lo vemos en Ef.2.8 que dice:
pues por gracia han sido librados, por medio de la ‘pistis’, y esto (la pistis) no viene de ustedes, sino que es un regalo de Elohim
Este pasaje debería entenderse así: “pues por gracia han sido puestos en escapatoria del pecado y esto es por medio de la emunah, y no por sus propias fuerzas, sino que la "emunah" es un regalo para de Elohim para nosotros.
En la Biblia la “emunah”, que tradujeron al griego como “pistis” y al español como “fe” es una descripción de los atributos de Yeshúa (Elohim), “la Roca”, como enseña el Salmo 36.5, Deu.7.9, 1Cor.1.9, entre otros. Por tanto, Yeshúa es la emunah, la Fidelidad porque Él es fiel, firme, leal, e inmutable a su verdad (la Torah) y Él es el regalo que nos libró del pecado.
Y sin esa emunah, es decir sin tener a Yeshúa es imposible agradar a Elohim. Entonces debemos preguntarnos qué es tener a Yeshúa o qué es tener emunah, para entender esto debemos saber que el sustantivo “emunah” se origina de la raíz אמן "aman" de la cual surgen las siguientes variantes:
“amán”, que significa educar, como Mardoqueo criando a Hadasa (Ester)
“neeman”, que se refiere al que es educado o que lleva la fidelidad para hacerse inmutable en la educación, como Ester, que se mantuvo inmutable en la verdad.
“imen”, que se refiere al que practica lo que se le ha enseñado. Ester practico la verdad.
“heemin”, que se refiere a exhibir lo que se ha aprendido. Ester exhibio la verdad.
“emet”, es la verdad
“amen” es decir la verdad
Todo esto nos enseña que creer o tener fe, en el sentido de poner algo en la mente para que se materialice porque se cree en Dios, no es lo que enseña la Torah. Lo que si enseña la Biblia es que Elohim se disminuyo en semejanza de hombre, para convertirse en la emunah, el regalo que nos puso en escapatoria del pecado, pero estar en escapatoria no es lo mismo que estar salvo, para eso debemos entrar en un proceso educativo en la emunah, es decir, un proceso para hacernos, firmes, fieles, leales e inmutables en la Verdad, como lo es Yeshúa.
Comprendiendo todo esto vamos a escudriñar qué quiso decir Yeshúa a sus talmidim (discípulos) en Mrc.11.24.
Para un mejor entendimiento de lo que dice Yeshúa debemos recordar que Él está transitando la última semana que estaría en la tierra y entró varias veces a Jerusalén donde tuvo confrontaciones con los principales líderes del templo y los escribas.
En base a esas confrontaciones Yeshúa quiso enseñarles a sus talmidim lo que hacían esos líderes de Jerusalén y usando un árbol de higos que no podía dar frutos, les enseñó que esos líderes eran como una higuera que no da fruto, por lo cual pronunciando con su palabra un deseo, la higuera fue desarraigada (maldecida).
Los discípulos sorprendidos y sin comprender lo que hizo Yeshúa señalaron a Yeshúa lo ocurrido a la higuera y Yeshúa aprovechó para hacerles una promesa “tengan la emunah de Elohim”, es decir eduquense en la verdad no en la mentira de las higueras que no dan fruto (Mrc.11.22). Y les agrega:
Amen les digo, que aquel que diga a este monte, sé alzado y sé arrojado al mar y no dude en su corazón, sino que cree, lo que esté hablando, eso sucederá
Este pasaje se entiende mejor si leemos desde Mrc.11.22-23, de esta forma:
“Eduquense en la verdad de Elohim, (porque si portan la educación de Elohim), (amen) la verdad les digo, que aquel que diga con su boca a un problema tan grande como este monte de los olivos, (monte) sé alzado y lanzado tan lejos que no te vea más y no dude en su mente (cuando diga eso), sino que exhiba la educación de Elohim (firmeza, fidelidad, lealtad, inmutabilidad), lo que esté pidiendo, eso sucederá.
Yeshúa estaba enseñando que así como Él desarraigo con su boca la higuera que no da fruto, así con su Palabra (la Torah), estaría desarraigando en el día del juicio a los líderes que no dan fruto.
La enseñanza a sus talmidim, era que así como Él confronta sus “problemas”, con lo que sale de su boca y exhibió fidelidad, firmeza, lealtad e inmutabilidad a la Torah, hasta con su sacrificio, así debían ellos educarse para enfrentar los problemas y si estaban educados en la Palabra, entonces ocurriría lo que dijo a continuación en Mrc.11.24
Por eso les digo: todo cuanto pidan en oración, exhiban fidelidad (pisteúo), porque que (si exhiben fidelidad), ya han sido escuchadas por Elohim, y les serán concedidas
La enseñanza de Yeshúa a sus talmidim es que cuando ellos exhiban una educación en la torah que los lleve a acercarse a los atributos del varón perfecto, que son: fidelidad, firmeza, lealtad, inmutabilidad, entonces todo lo que pidan en oración, será escuchado y respondido.
La Torah enseña que si tenemos un nivel de educación (emunah), como el que exhibía Daniel ni siquiera habremos de terminar la oración cuando Elohim este respondiendo (Dan.9.23). Eso significa que si estamos educados en la Torah, aunque haya aflicciones nuestras oraciones pueden ser rápidamente contestadas y nos ira bien, como dice Deu. 4.40, dice:
Escucha para hacer a sus estatutos y mandamientos los cuales te estoy dando hoy para que les vaya bien y a sus hijos después de ustedes, y prolongarán sus días en la (adamah) tierra que Hashem su Elohim les dará para siempre
También dice en Deu.28.1-2: “Si escuchas para hacer la voz (exhibir Torah) de Hashem, todos sus mandamientos, entonces Él te pondrá alto sobre todas las naciones de la tierra y (entonces) vendrán sobre ti todas las bendiciones y te acompañaran, porque escuchas para hacer la voz (exhibes torah) de Hashem tu Elohim”
Y Juan en su primera carta nos confirma que si exhibimos “emunah”, cualquier cosa que le pidamos la recibiremos, si guardamos para hacer sus mandamientos y estas son las obras agradables delante de Él (1 Jn.3.21-22).
Guardar para hacer sus obras agradables (mandamientos), es exhibir emunah y es la clave para que las oraciones sean respondidas.
Esto nos enseña bíblicamente que todo lo que pidamos en oración por grande que sea, será respondido, no por creer en Dios, no por orar, llorar o clamar fuertemente, sino porque fuimos escogidos por gracia y se nos entregó como regalo, la emunah, es decir, Yeshúa, pero con ese regalo se inicia la educación, no para oír solamente, sino para exhibir la emunah, esto es ser testimonio, que estamos en crecimiento hacia la estatura del que es fiel, firme, leal e inmutable en la verdad, Yeshúa HaMashiaj.
Conclusión
¿La fe puede mover montañas?
La respuesta es no, si esa fe se confunde con creer que Dios existe y por ser bueno debe complacer los deseos humanos en respuesta a oraciones y declaraciones que no exhiben emunah.
Pero si esa fe se corresponde al concepto bíblico hebreo de ‘emunah, el que es escogido por gracia, la debe recibir como un regalo para educarse en las obras agradables a Dios (la Torah) y no solo llevar esa educación en la mente, sino que a pesar de las aflicciones de este mundo, tiene que exhibirla, entonces todas la peticiones de su boca por grandes que sean serán respondidas si están dentro de la voluntad de Yeshúa para ese escogido, como enseña 1Jn. 5.14-15.
Esta es la confianza que tenemos en su presencia: Si pedimos cualquier cosa que está de acuerdo con su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que El nos oye cualquier cosa que pidamos, entonces sabemos que tendremos lo que hemos pedido de Él.
Pero también está escrito:
El que aparta su oído para no escuchar para hacer la Torah (no exhibirla), hasta su oración es abominable(Prov.28.9)
Shalom
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