Uno de los pasajes, que pareciera ser de los más extraños en la Biblia es; Judas 9, que dice:
Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda (RV1960)
Mucho se ha enseñado sobre este asunto, algunos dicen que Satanás reclama el cuerpo muerto de Moisés porque él era un pecador que mató a un egipcio, otros dicen que Satanas queria evitar la resurrección de Moisés y otros han dicho que Yehuda (Judas) está haciendo referencia a un libro apócrifo que cuenta esa historia.
La pregunta que nos surge es:
¿Por qué Satanás quería el cadáver de Moisés?
Escudriñemos
Lo primero que debemos saber es que esta lucha por el cuerpo de Moises es un evento que solo se menciona una vez en las Escrituras y esto nos lleva a preguntarnos ¿por que Moisés y no otro?
El nombre de Moises aparece más de 800 veces en la Biblia y la primera vez que se hace referencia a él, es cuando Moisés, nace en tiempos en que el Faraón había decretado ley de muerte para los niños hebreos.
Cuando Moisés nació lo primero que se dice de él, es que era “tov” (Ex.2.2), esta palabra que tradujeron como hermoso, en realidad debió traducirse “bueno” en el sentido de que no está dañado.
Todos conocemos la historia de Moisés, cómo creció en la realeza faraónica de la cual tuvo que huir y también, como Elohim lo llamó para hacerlo su mensajero (Ex.3.4).
Elohim convirtió a Moisés en el portavoz de su Palabra, una palabra que estaba determinada en los cielos y que Moisés tuvo el honor de recibirla (Ex.24.12, Ex.31.18, Hech.7.53).
Una aclaración, Moisés recibió por medio de la presencia de Elohim (mensajeros) las “10 Palabras” (Diez Mandamientos), que resumen la torah en los dos grandes mandamientos, el amor a Elohim y el amor al prójimo (Mr.12.28-31), y después él fue escribiendo según Elohim le indicaba el detalle de los cinco libros que componen la Torah.
Así Moisés vino a ser para el pueblo escogido, la representación de la Palabra de Díos, por eso Yeshúa decía cosas como: “Moisés ordenó” (Mrc.1.44, Mt.8.44). También les decía que era necesario que se cumpliera todo lo que estaba escrito sobre Él en la “ley de Moisés” (Luc.24.44), y si le creyeran a Moisés, le creerían a Él (Jn.5.46). Blasfemar contra Moisés es blasfemar contra Elohim (Hech.6.11)
Esto quiere decir que el nombre de Moisés no solo representa la Palabra de Elohim, sino que es intercambiable, es decir, cuando el pueblo hebreo se refería a Moisés, se estaba refiriendo a la Torah y viceversa.
Esta conclusión la confirma Ya’akov como líder de la congregación de Jerusalén cuando, en Hech.15.21, dice:
Porque Moisés desde generaciones antiguas tiene en cada ciudad quienes lo prediquen, pues todos los shabat es leído en las sinagogas.
Este pasaje es claro en definir que la torah es una referencia a Moisés, quiere decir que, lo que se lee en Shabat es el cuerpo Moisés, es decir, la torah completa.
Ahora veamos lo que dice Deu.34.5, sobre la muerte de Moisés.
Y murió allí Moisés, servidor de Adonai, en tierra de Moab, como había dispuesto Adonai y lo sepultó en el Valle, en tierra de Moab, frente a Bet Peor y no sabe hombre al sepulcro hasta el día este.
Notemos que Moisés murió en Moab y fue sepultado en un valle de esa tierra, pero Elohim no quiso revelar su ubicación, esto debido a la debilidad del pueblo ante la idolatría, por lo cual, Adonai evitó que una tumba visible de Moisés se convirtiera en un monumento de idolatría en Moab al que fueran a peregrinar.
Moab era un territorio de “oscuridad”, su dios supremo era Quemos (Num.21.29) y allí el pueblo se prostituyó con las mujeres de Moab que los llevaron a la idolatría de sus dioses (Num.25.1-3).
Otro detalle que debemos notar del relato sobre la muerte de Moisés, es que no se menciona una lucha entre Satanás y el Arcangel Miguel, si esta lucha se hubiera dado, sería un incidente de gran importancia, que la Biblia hubiera destacado, pero solo hay una mención sobre esta lucha y es en Judas 9, que dice
Pero cuando el principal ángel Miguel se oponía (diakríno) al Calumniador (diabolos) discutiendo (dialégomai) en desacuerdo (dialégomai) concerniente al cuerpo de Moisés no se atrevió a llevar juicio de blasfemia (sobre él), sino que dijo; el Señor te juzgue.
Para comprender lo que dice el escritor (Yehudah), debemos comprender el contexto de la carta para saber, si está hablando de una lucha por el cadáver de Moisés, o si se está hablando de otra cosa.
Leyendo la carta de Yehudah, notaremos que él está escribiendo a los que han sido llamados por gracia para ser coherederos de la vida eterna con Yeshúa (Jud.1-2) y les dice, que él escribe para exhortar a los que son “quedoshim”, santos, a luchar por la Fidelidad (por Yeshúa) (Jud.3).
Entonces agrega, porque los tiene que exhortar, y es porque, en las congregaciones se han infiltrado los “impíos”, a quienes define como hombres que pervierten a los que han recibido la gracia convirtiendo las congregaciones en lugares de libertinaje, negando la autoridad al único dueño de las congregaciones, Yehoshúa HaMahiaj (Jud.4)
Luego de señalar que los impios corrompen las congregaciones con libertinaje, pasa a explicar, ese libertinaje, mediante tres ejemplos. Las palabras de Yehudah se entienden de esta manera; “ese libertinaje es semejante a lo ocurrido cuando Hashem sacó al pueblo de Egipto, pero algunos no respetaron Su autoridad y fueron desarraigados de la vida eterna” (Jud.5, Num.14.22)
Y continua; “ese libertinaje es semejante a lo ocurrido en el Cielo, cuando algunos mensajeros (ángeles) no respetaron la autoridad de Elohim y fueron desarraigados del Cielo, para quedar en oscuridad hasta que se cumpla su condena” (Jud.6, Rev.12.4)
Luego da a entender que; “ese libertinaje es semejante a lo ocurrido en Sodoma, Gomorra y sus ciudades vecinas, quienes de la misma manera que los que quedaron en el desierto y que los ángeles caídos, no respetaron la autoridad de Hashem pervirtiéndose en abominaciones sexuales (Jud.7)
Entonces Yehudah hace una conclusión y dice “de la misma manera (que los del desierto, los ángeles caídos y los de Sodoma y Gomorra), estos impíos en sus delirios (de grandeza), contaminan la “carne, es decir, dañan las congregaciones de Yeshúa, irrespetado Su autoridad y blasfemando de lo que está en el Cielo (Jud.8).
Yehudah ha concluido que el libertinaje que promueven los impíos, se basa en, el desprecio a la autoridad de Hashem, porque ellos están tomando en cada congregación, el lugar de autoridad, que corresponde a Yeshúa.
Esto es lo que Juan llama “anti Mashiaj” (anticristo), alguien que ocupa el lugar que le corresponde a Yehoshúa' como dueño de la congregación (1Jn.2.18).
Después de esto Yehudah hace uso de un ejemplo de lo que es el respeto por la autoridad de Hashem y dice en Jud.9:
Pero Miguel principal (entre los mensajeros), cuando el Calumniador (diábolos) se oponía en desacuerdo acerca del cuerpo de Moisés, no se atrevió a llevar sobre (él) juicio de blasfemia, sino que dijo “el Señor a ti, enjuicie
Lo que está diciendo Yehudah en este pasaje es que, ni Miguel con su autoridad en el Cielo, se atrevió a tomar el lugar de Hashem, para condenar al "Adversario" por oponerse en desacuerdo a la Torah (cuerpo de Moisés), sino que respetando la autoridad de Hashem, no juzgo al "Adversario", aunque lucho contra su rebelión (Rev.12.7-9).
Yehuda quiere que los que lean su carta razonen en que, si Miguel no ocupo el lugar de Hashem en los Cielos, cómo es posible que, unos simples mortales (impíos) se atrevan a usurpar el lugar que le corresponde a Yeshoshúa como dueño de las congregaciones.
Y continúa dándonos a entender que estos impíos, en las congregaciones, insultan cualquier cosa que ellos no entienden (de la torah) y se corrompen como animales irracionales en las cosas (terrenales) que por su naturaleza (terrenal) conocen. (Jud.10)
En el verso 11, Yehudah refiriéndose a la conducta de Miguel, comparada con la conducta de los impíos, dice: “Ay de ellos (los impíos), que aunque ahora estén usurpando el lugar de Yeshúa en las congregaciones, no saben lo que les espera por conducirse como Caín, que mata a su hermano y como Balaam que predica palabras por dinero. Ellos aunque estén vivos, ya están condenados porque al igual que Coré van en contra de Moisés, la Torah.
Conclusión
¿Por qué Satanás quería el cadáver de Moisés?
En realidad este verso no se refiere a que Satanás reclama el cuerpo de Moisés, porque fuera era un pecador. Todos sabemos que cuando Hashem por gracia, escoge a un pecador, lo justifica, es decir, le quita la culpa de sus pecados.
El verso de Jud.9, se refiere a lo que originó la rebelión en los Cielos, es decir, al evento en el cual el “Adversario” no quiso respetar la autoridad de Hashem, establecida en la Torah (Moises), y quiso ocupar el lugar de Él.
Shalom

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