De acuerdo a la cronología bíblica es posible que cuando Moisés estuviera marchando de Egipto con la “Nación Escogida'' ya existieran monumentos como Stonehenge, que conmemoran el solsticio, que en palabras sencillas es cuando los días de sol son más cortos y las noches más largas llegando a tener el día más oscuro del año entre el 21 y él 25 de diciembre en el hemisferio norte.
Stonehenge |
Cuando el Pueblo Escogido estaba frente al Sinaí, Dios les dice estas palabras: “Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, no aprenderás a hacer las cosas abominables de esas naciones. No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni hechicería, o sea agorero, o hechicero, o encantador, o médium, o espiritista, ni quien consulte a los muertos. Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable al Señor; y por causa de estas abominaciones el Señor tu Dios expulsará a esas naciones de delante de ti. Serás intachable delante del Señor tu Dios”. Deu.18.9-13.
Para el siglo XII a.C los hebreos habían entrado en Canaán. En ese mismo tiempo un pueblo cuyos orígenes no se conocen, estaban extendiéndose por lo que hoy es Francia, Inglaterra, Irlanda, Escocia y el norte de España entre otros, a ese pueblo los griegos los llamaron Celtas nombre que se refiere a un conjunto de pueblos que se cree vinieron a Europa desde Asia y la india, pero también podría pensarse que salieron de Babilonia.
Los Celtas prosperaron sin tener un lenguaje común o una escritura, no tenían un rey común sino que se organizan por tribus o clanes donde cada tribu tenía un jefe y un sacerdote. Ese sacerdote se conoce en la historia con el titulo de Druida que puede significar sabio, mago o hechicero. Los Celtas eran amantes de la guerra y la violencia y constantemente estaban peleando entre sí y contra otros pueblos. Los principales enemigos de los Celtas fueron los griegos y los romanos, ellos nombraron a los Celtas por el nombre de Bárbaros porque según los romanos los Celtas eran violentos guerreros pero no eran sabios en el combate.
El hombre más influyente de los Celtas era el Druida, quien era el sacerdote en cada tribu y era el único que podía caminar entre las diferentes tribus y no ser atacado. Los Druidas guiaban espiritualmente el comportamiento de las tribus en base a los astros y sus movimientos, creando su calendario, eran ellos quienes decidían las fechas de las fiestas religiosas; como teólogos, sólo ellos podían conocer la naturaleza de los dioses, sus deseos y la manera de honrarlos. Para los Druidas el mundo estaba dividido en dos estaciones verano e invierno cada estación tenía un dios, para el verano (más luz) el dios Lugh, dios sol y para el invierno (más oscuro) el dios era la oscuridad, la muerte.
Para el final del verano cuando los Celtas recogían las cosechas celebraban una fiesta llamada «Samhain». El significado etimológico es “el final del verano”. Esta festividad se enmarca dentro del final del equinoccio de verano cuando los días y las noches tienen la misma duración ( inicia 23 marzo, termina septiembre 23) hasta el solsticio de invierno, las noches se hacen más largas (termina con la noche más larga diciembre 21 al 25)
Con la fiesta de Samhain los Celtas entendían que el dios Lugh (Sol) moría y el dios Muerte nacía, este encuentro entre el verano (luz) y el invierno (oscuridad), era para los Celtas un portal a través del cual las “ánimas o almas” de los muertos podían pasar de la oscuridad de la muerte al mundo de los vivos, porque en ese periodo de tiempo el mundo estaba cubierto de una oscuridad más larga.
Para los Celtas había dos tipos de ánimas; los que murieron siendo “buenos” y los que murieron siendo malos. Las almas “buenas” podían atravesar el portal y visitar las casas de sus seres queridos, pero las almas malas por su comportamiento en el mundo habían sufrido una transformación que los convierte en monstruos, bestias con forma humana y de animales, los cuales aprovechaban el portal para pasar del mundo de la muerte al mundo de los vivos y poder volver a hacerles daño a los vivos.
Los druidas enseñaban que para evitar que las almas malas le hicieran daño a los vivos se debían apagar las luces en las casas y el druida iba a un punto alto y encendía una gran fogata en la cual se sacrificaban, echando al fuego personas (niños o adultos) mientras que el resto de las personas se ponían en sus rostros máscaras grotescas y danzaban alrededor de la fogata. La idea de la “fiesta” era que las almas malas fueran atraídas por los gritos de los que se quemaban en la hoguera y por los disfrazados que se parecían a ellos y danzaban alrededor de la fogata. Con esto las almas malas se alejaban de las casas, pero las buenas llegabas a las casas a visitar sus parientes. La celebración incluía borracheras y orgías. Las cenizas de los sacrificados eran usadas para adivinación y así saber cómo les iba a ir en el próximo año cuando renaciera el dios Sol.
Los Celtas aunque no eran muy unidos entre tribus prosperaron y fueron admirados por los griegos quienes veían a sus druidas como filósofos intermediarios entre los dioses y los hombres y para el siglo V a. C, cuando los griegos empezaban a convertirse en una potencia y Roma apenas estaba en los inicios de una república, los druidas gobernaban espiritualmente el mundo conocido y transmitían a la juventud todo este saber.
Era común entre los druidas practicar sus ritos en los bosques y junto a árboles frondosos y esa práctica también se observa en la Biblia. El Pueblo escogido fue atacado por ese gobierno espiritual que se movía en el mundo, como se observa en el Siglo VIII a.C cuando por prácticas paganas fueron dispersadas las tribus del norte y afectaron las tribus del sur como se ve en 2Re.16.2-4 “Acaz tenía veinte años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén; pero no hizo lo recto ante los ojos del Señor su Dios como su padre David había hecho, sino que anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar a su hijo por el fuego, conforme a las abominaciones de las naciones que el Señor había arrojado de delante de los hijos de Israel. Y sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, en las colinas y debajo de todo árbol frondoso.”
Para los Celtas sus enemigos más fuertes fueron los griegos y después los romanos y siendo Roma ya una potencia mundial emprendió la lucha contra ellos, pero Roma también celebraba una una fiesta parecida a la de Samhain pero que se festejaba en el verano y era para conjurar a los Lémures, que eran los espíritus de aquellos muertos que durante su vida, habían cometido crímenes y que volvían durante determinados días a la tierra para atormentar a los vivos. Cuando los romanos derrotaron a los Celtas, esta fiesta de los Lémures se mezcló con la de Samhain.
Para el siglo IV d. C ya en Roma se había establecido la Iglesia Católica Romana y se había logrado la “conversión” de los Celtas y por ende de sus sacerdotes, los druida. La fiesta romana de Lémures mezclada con la de Samhain, era aceptada por la Iglesia y en él año 609 d. C el Papa Bonifacio IV consagró el Panteón en Roma a la Virgen María y estableció en la misma fecha de las Lémures el 13 de Mayo (equinoccio) como el día de todos los Mártires (Los Santos Muertos), y el día que sigue; el Día de Todos los Difuntos.
Luego en el siglo VIII d. C, el Papa Gregorio III estableció que celebrará el 1 noviembre como el Día de los Santos y sus reliquias y el 2 de noviembre como el día de los Fieles Difuntos. Así lo espiritual de Samhain volvió al solsticio (noches más largas) no en equinoccio (días de más luz). Samhain volvió a reinar en su tiempo para celebrar la muerte del dios sol y dar bienvenida al dios de la oscuridad, nuevamente se abría el portal para no cerrarse y continuar como hoy.
Cuando se descubre América siglo XIII d. C, todo lo que había establecido el Catolicismo y que abrazó el protestantismo viajó a las nuevas tierras y comenzó a celebrarse la fiesta de Samhain o de Lémures con el nombre Católico de La Víspera del Día de Todos los Santos. En los Estados Unidos se llamó a la fiesta de Lémures/Samhain, ‘All Hallow’s Eve’ (all=todos, Hallow´s= de santificar, eve=víspera) y como era un nombre muy largo, evolucionó hasta comenzar a llamarse ‘Halloween’. Ahora Samhain estaba en todas las lenguas de América y se incluye la fecha original de Samhain el 31 de octubre junto con la Víspera del Día de Todos los Santos.
Los descendientes de los Celtas después de ser "cristianizados" no usaban las fogatas y empezaron a usar nabos los cuales vaciaban y ponían dentro velas para que las almas malas fueran hacia esos vegetales. Al llegar estos descendientes celtas a Estados Unidos no encontraron nabos, pero si abundaba en la temporada de octubre noviembre las calabazas y así se popularizo la calabaza como un instrumento para atraer a ellas las almas malas.
La astucia de la bestia (sistemas de gobierno del mundo) se ha encargado de continuar abriendo el portal a la oscuridad, para que sutilmente, mediante una industria millonaria acompañada de compras y fiestas, Samhain continúe siendo una celebración con mascaras, borracheras, orgías y sacrificios y por supuesto como hacían los druidas en su momento hoy se continua transmitiendo ese "saber" a la juventud (niños) con disfraces y juegos como el popular ‘trick-or-treat’, traducido en español como ‘truco o trato’. Mediante este juego los niños con mascaras y disfraces, recorren las casas, como se supone que recorrían las almas buenas o malas las casas de los vivos.
Por falta de conocimiento, pero más que eso, por la presión colectiva de la bestia que continua marcando a sus siervos y haciendo apostatar a los escogidos, muchas personas celebran con máscaras y algunos con fogatas, otros bailan y se emborrachan, cometen adulterio o mueren en riñas, balaceras y accidentes y aun en propios sacrificios al dios de la muerte, porque la sutileza de Gn.3.1 sigue presionando y confundiendo para que la humanidad siga comiendo del árbol del otro conocimiento, alejándose cada vez más del Árbol de la Vida.
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