La Fidelidad de Dios





Introducción

La Biblia ha sido escrita en base a dos lenguas, la lengua hebrea con algunos matices de arameo  y la lengua griega. Pero es importante tener entendido que los escritores bíblicos eran hebreos, por tanto sus palabras, conceptos y pensamientos dan origen a un entendimiento de la vida alrededor de un solo Dios único y verdadero creador de lo visible e invisible. Cuando el idioma griego se hizo la lengua del mundo globalizado de aquel tiempo, los evangelios como testimonio de Yeshua fueron escritos del pensamiento hebreo hacia el pensamiento griego, podemos imaginarnos cuán difícil puede ser expresar un concepto hebreo de un solo Dios único a un mundo griego donde el concepto de la vida se desarrolla alrededor de dioses que controlan la naturaleza y a los cuales tienen que agradar mediante templos, cultos, ofrendas y sacrificios.  


La mayoría sino todas las traducciones de la Biblia en español nos han llegado del griego las cuales intentan armonizar, el pensamiento hebreo, griego, latín y finalmente español. Como sabemos la Biblia esta compuesta de lo que se ha llamado Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, el Antiguo testamento fue desarrollado por hebreos para hebreos por lo cual no hay mayor distorsión en el pensamiento que se quiere transmitir, sin embargo el Nuevo Testamento es transmitido del hebreo al griego que son dos pensamientos diferentes y luego nos llega a nosotros desde ese pensamiento griego (muchos dioses), pasando por el latín (lengua litúrgica de la iglesia romana), hasta llegar al español de hoy. Esto nos enfrenta con el reto de comprender un Nuevo testamento en el cual el concepto de fe es que los cristianos escogen a Dios entre todas las divinidades y cosas materiales que existen por tanto Dios debería estar agradecido por eso. Pero el Antiguo Testamento en el cual se basan no solo los discípulos de Yeshua sino Él mismo, nos hace saber que es Dios quien escoge al hombre sin que el hombre merezca esa gracia y que todo lo que hace por el hombre lo hace por amor, no porque el hombre le construya templos y le ofrezca cultos, sacrificios, ofrendas o pactos. 


El Concepto de Fe y Fidelidad


El concepto de fidelidad entre individuos, tiene que ver con alguien que no traiciona la confianza que otro le ha otorgado es alguien en quien se tiene la seguridad que actuará conforme a lo que se espera de él y por eso se dice que se tiene fe en esa persona. En la antigüedad este concepto de fe, fue extendido a los dioses, a los que solo por el hecho de creer en ellos y ofrecerles ofrendas y sacrificios, se entendía que los mismos se agradarían  de esto y por tanto se tenía la seguridad que actuarían conforme a lo que se les pedía. En base a lo anterior, la fe humana se entiende; como tener certeza de que las divinidades harán lo que se les pida. Es una fe (creencia) del hombre a los dioses.


A Partir de Abram la Biblia nos revela que no existe una fe del hombre hacia el Dios único y verdadero, sino una fidelidad de Dios hacia el hombre. Dios no necesita nada de los hombres o del mundo, Él lo creó todo como se ve en Colosenses 1:16. Abram es un testimonio para nosotros de lo que es la fidelidad de Dios, no la fe, porque por gracia (una elección inmerecida) es escogido para ser llevado de un Abram que variaba en sus decisiones a un Abraham que se hizo inmutable en las ordenanzas de Dios y todo este proceso se dio, no porque  él tuviera fe en Dios,  sino porque Dios no apartó su fidelidad llevándolo a convertirse en Abraham.


La Fe en el Nuevo Testamento


Todos sabemos que el Nuevo Testamento nos llegó del griego, pero pocos saben que la palabra fe viene del griego “pístis” que significa creer en Dios.  Esta definición de fe es lo que hace pensar a un cristiano que el solo hecho de tener pístis (creer en el Mesías o creer en Dios), le garantiza que recibirá de Dios lo que se le pida. Pero además las traducciones del griego al español nos dejan ver que se puede tener mucha o poca fe (pistis) en Dios, como se ve en Mt.6.30 y Mt.8.26 donde se habla de poca fe y se usa la palabra “oligópistos“ para indicar poca pistis y cuando se habla de mucha fe se usa pistis como en Mt.8.10. Todo esto ha hecho creer que el hombre tiene una medida de fe y que además si cree todo le es posible, pero eso no es lo que dice Mc. 9.23, que en griego dice “Si eres capaz (dúnamai, estar capacitado) todas las cosas son posibles al confiado (pisteúo) ”. Note que la traducción dice deja ver que hay que estar capacitado (educado) para que todas las cosas que no se ven y se están pidiendo se manifiesten.


Lamentablemente las traducciones griegas al español nos hacen pensar que creer es tener fe y que esa creencia moverá a Dios a hacer que todas las cosas sean posibles. Pero en Rom.12.3 dice, que Dios ha distribuido una medida de fe (pistis) a cada uno. Esto indica que la pistis viene de Dios y que no nace en el hombre y además vimos que hay que estar educado o capacitado para poder ver “las maravillas de Hashem”.


Otros ejemplos de fe(pistis) están en Mc.11.22 donde se usa “pístis” para enseñarles a sus discípulos, en Rom.1.5 para promover la obediencia a la “pístis” y es la misma palabra en Rom.1.17, para explicar que siendo el  evangelio un “tutor”, nos enseña que la justificación de Dios,( la escogencia de Dios) de alguien implica que siendo Él inmutable, su fidelidad permanece con esa persona revelándole (‘emunah) Su conocimiento y por esa fidelidad esa persona crece hasta hacerse inmutable en Su Pacto y Promesa y por tanto llegará al Día Octavo.

 

La Fe en el Antiguo Testamento


En el llamado Antiguo Testamento, no aparece la palabra fe y la razón de esto es porque no existe en el vocabulario hebreo. Sin embargo algunas versiones del Antiguo Testamento en español usan la palabra fe en dos versículos, en algunas traducciones como en Job 39.12 donde dice en la versión LBA, “¿Tendrás fe en él de que te devolverá tu grano, y de que lo recogerá de tu era? Allí la palabra fe es la palabra hebrea אָמַן ´anan que significa apoyar, confirmar, ser fiel y se esta refiriendo a un animal (buey) del que se le pregunta a Job si le tendrá confianza al buey. El otro versículo que aparece en casi todas las traducciones es Habacuc 2.4 que la versión LBA dice “He aquí el orgulloso: en él, su alma no es recta, mas el justo por su fe vivirá.” El sentido hebreo de Hab.2.4 tiene que verse en el contexto de Hab.2.1-3 y es que Dios le esta dando una respuesta a Habacuc con una visión que debe escribirse en tablas (la torah), la visión es sobre el Día Final en el que Dios no se agradará de los que hacen iniquidad (injustos) mientras que por Su fidelidad (inmutabilidad respecto a su pacto y promesa) los que se mantienen practicando justicia  (creciendo en su educación, ‘emunah)  tendrán vida (חָיָה jayah, Yah es Dios, podría decir “tendrán a Yah”). El texto en hebreo dice: “ He aquí, su espíritu dentro de él está inflado (el ego), no recto, pero el que es hecho practicante de la justicia, gracias a mi fidelidad (mi educación), ese vivirá.”


La palabra que más se asemeja a fe en el Antiguo Testamento es “fidelidad” que significa inmutable, viéndose por primera vez en Gn.24.27 con la palabra hebrea חֵסֵד jesed, que no es fidelidad sino bondad, significa que en Dios solo existe lo bueno, pero la palabra que se puede asociar a fe es ´emunah que aparece por primera vez en Deu.32.4 “¡La Roca! Sus obras son perfectas, Sí, todos sus caminos son justos; Un Dios fiel (‘emuna), nunca falso, Verdadero y recto es Él ” .


La palabra ‘emunah אֱמוּנָה  que significa en forma literal “inmutable” y “fidelidad” es lo que en griego derivó a pistis y en español a fe, pero debemos entender que la ‘emunah viene de Dios no del hombre y tiene que ver con un proceso de Dios para con el que Él escoja por gracia como se ve en el Salmo 33.4 “Porque la palabra del SEÑOR es recta (enseñó rectitud); Todas sus obras son con ´emunah (todo cuanto viene de Él para el elegido es con su fidelidad)” . La fidelidad (inmutabilidad, ‘emunah) no tiene límites como esta escrito en Salmo 36.5 “Oh Señor tu jesed (bondad) se extiende hasta los cielos, Tu ´emunah hasta el firmamento”.


¿Qué es la Fidelidad de Dios?


La Fidelidad de Dios, se inicia cuando la gracia (la escogencia inmerecida) se ha activado sobre alguien, esa persona escogida inicia un proceso de ‘emunah, educación (comer del árbol de la vida) a través de un “tutor” (Torah) y del Ruaj Hakodesh como intercesor, para que pueda regresar al Gan. La emunah se puede medir, es decir se puede tener poca o mucha ‘emunah (educación), se tiene poca cuando lo que exhibimos en nuestra vida es pobre en el conocimiento de Dios, como se ve cuando Yehoshua llama a sus discípulos hombres de poca de poca ‘emunah (educación en Él ) en cambio es mucha cuando los discípulos con el Poder del Ruaj Hakodesh exhiben Sus Maravillas, como en Hechos 14.10. 


En este sentido, cuando la Gracia de Dios (el favor inmerecido) nos llega, iniciamos un proceso con la fidelidad de Dios hacia nosotros, educándonos y  al inicio somos como Pedro, que casi se ahoga y hasta lo negó, pero podemos  alcanzar la ‘emunah que luego el mismo Pedro tenia en Hch.3.6. Una vez que hemos avanzado en nuestra ‘emunah, podemos exhibir una vida diferente a la que teníamos antes (el viejo hombre empieza a morir) y Dios hace que el mundo nos vea con otra fama (hemos pasado del nivel Abram al nivel Abraham), llegamos a confiar fielmente (estamos fidelizados en la fidelidad de Hashem), como Abraham cuando llevó a Yitzjak al altar de sacrificio y ya estamos listo para pasar al último nivel de ‘emunah que es exhibir las maravillas de Hashem, porque al llegar a ese nivel ya somos un instrumento del Ruaj Hakodesh para hacer milagros, ese es el nivel de inmutable. 

  

Es importante que comprendamos que el concepto griego de fe es de creer en dioses y lamentablemente eso sin el concepto hebreo de fidelidad y ‘emunah hace que las traducciones del Nuevo Testamento nos hagan pensar, que la fe es un poder del hombre para manipular a Dios. Pero a la luz del concepto de fidelidad, del Antiguo Testamento, podemos entender que Mt.23.23  no se refiere a que los fariseos no creen, se refiere a que los fariseos desprecian la fidelidad, la ‘emunah, ellos están despreciando las correcciones que les hace la Torah al comportamiento que llevan. Con esta misma “luz” podemos comprender lo que en griego-español, dice Ef. 2.8 “Porque por “járis” (gracia) habéis sido “sózo” (librados) por medio de la “pístis” (fidelidad), y esto no de vosotros, sino que es don de Dios”. La fidelidad es un regalo de Dios.


Pensar que la “pistis” fidelidad es de nosotros hacia Dios y que si tenemos mucha o poca, recibiremos o no lo que le pidamos es arrogante de nuestra parte. Podemos leer todos los pasajes donde aparece “pístis” y a la luz del Antiguo Testamento veremos que los enfermos se sanaban por la fidelidad de Hashem, no porque ellos tuvieran poco o mucha fe en Él sino porque Él ya los había elegido (gracia), para exhibir el crecimiento que ellos estaban teniendo en su ‘emunah. También vemos que cuando los evangelios hablan de poco o mucha fe lo hace con respecto a los que son discípulos y lo que debería transmitir la traducción griega es que los discípulos están exhibiendo poco crecimiento en su educación con Yeshua, cosa que se puede ver en Mt.8,26, Mt.14.31, Mt.16.8, Mt.17.20. 


Un cristiano que se la pasa pidiendo cosas materiales que satisfagan sus placeres no ha crecido en su ‘emunah (en la fidelidad de Dios), por eso el Señor nos dice en Stgo.4.3 que no sabemos (no estamos capacitados) para pedir.  Por otro lado Yeshua enseña en los evangelios que  “pístis” no es usado para pedir cosas materiales, como él lo explica en el Sermón del Monte en Mt. 5. En este capítulo Yeshua enseñó a sus discípulos y todos nosotros sobre cómo crecer en nuestra ‘emunah y en los versículos de Mt.6.30 y Luc.12.28 después de haber iniciado el tema de los tesoros en la tierra, nos enseña que poniendo nuestros corazones en las posesiones terrenales perdemos Shalom en Él, persiguiendo dinero, ropa, comida, bebida y tesoros (casas, carros, joyas) que la polilla y el óxido destruyen. Yeshua quiere que sus discípulos (nosotros) dejemos de pensar como los que no tienen ‘emunah' y crezcamos en su conocimiento de que todo este mundo corruptible desaparecerá y solo quedará el Día Octavo. Él no quiere que perdamos su Shalom buscando afanosamente las riquezas de este mundo, sino que por su fidelidad dejaremos de enfocarnos en lo terrenal para abrazar lo celestial y cuando lleguemos a ese nivel todos las cosas serán añadidas, Él sabe que necesitamos casa, comida, ropa y todo bien material para vivir en este mundo y promete dárnoslo como dice en Mt.6.32-34, porque es parte de su fidelidad. Dios nos va entregando cosas materiales en la medida en que hemos sido educados (estemos capacitados) por Él para hacer buen uso de esas cosas en este mundo.


Aquel que recibe algo que ha pedido con insistencia sin estar capacitado para recibirlo es como aquella viuda que le pide al juez, que ni temía a Dios ni respetaba a hombre, en Lc.18.1-8. La mujer recibió pero no de Dios sino del "juez injusto". Esos pasajes terminan preguntando ¿Cuándo venga Hashem hallará fidelidad?. Con seguridad esa persona que no tiene paciencia para crecer como la viuda, recibirá del juez injusto, pero perderá la Shalom, que sobrepasa todo entendimiento. Por eso es claro cuando dice mi pueblo (mis discípulos) se pierden por falta de conocimiento (por poco crecimiento en su fidelidad, ‘emunah).


Resumen


La Fidelidad de Dios, es Él mismo, que tomándonos de la mano nos va llevando inmutablemente en una educación que nos hace crecer en todo lo que representa la Eternidad, en ese proceso de crecimiento Él nos permite exhibir sus maravillas desde la más pequeña hasta los milagros más grandes y en esa misma medida nos va agregando añadiduras que nos dan Shalom. Entendamos que:


  1. La Fidelidad o ‘emunah viene de Dios, lo que los evangelios llaman “pistis” debe entenderse como la fidelidad de Mashiaj.  

  2. La Fidelidad es una educación que se inicia después que por gracia (sin merecerlo) somos escogidos.

  3. La Fidelidad nos permitirá recibir añadiduras que necesitamos en la medida en que estemos educados para administrarlas.

  4. El objetivo de la Fidelidad de Dios es que crezcamos en su conocimiento (comer del Árbol de la Vida) hasta que nos hagamos inmutables a semejanza de Él.


Conclusión


Cada uno de nosotros somos discípulos, estamos recibiendo enseñanzas de nuestro Maestro,  al inicio somos como Pedro, que casi se ahoga y hasta negó al Mesías, tal vez seamos como Jacobo y Juan pidiendo lugares especiales en el Cielo, como Tomás que tiene que ver y palpar o como todos que se escondieron después de la crucifixión porque no habían crecido en todo lo que hasta ese momento se les había enseñado, pero aun en esos inicios Él no apartó Su Fidelidad y una cosa es segura, Su inmutabilidad, que es la fidelidad no se apartará de nosotros y continuará educándonos, transformándonos para crecer a Su estatura, porque Su Palabra no regresará vacía, sí Él dijo que nos transformará para llegar al Día Octavo Él lo hará. Amen. 


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