Uno de los versículos bíblicos que más me inquietó desde mis inicios en el estudio de la Palabra es Mateo 11:12. Según la traducción más leída, la RV 1960, dice:
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.”
A primera vista, en casi todas las versiones más conocidas, este pasaje parece afirmar que desde que Juan el Bautista inició su ministerio, el cielo comenzó a sufrir violencia, y que para entrar en él es necesario volverse violentos y arrebatarlo por la fuerza.
Esto nos lleva a una pregunta clave:
¿Es verdad que el cielo sufre violencia?
Escudriñemos el texto
Lo primero que debemos notar es que el pasaje parece referirse al Cielo, la Eternidad, la morada de Dios. Según esta lectura, desde que Yojanán haMatvil (יוחנן המטביל, Juan el Bautista) comenzó a bautizar, la morada celestial estaría sufriendo violencia.
Pero si entendemos el sentido común de “violencia” —usar la fuerza para conseguir un fin—, entonces deberíamos aceptar que tanto en la tierra como en el cielo se libra una lucha violenta para entrar en la Eternidad.
El problema es que esto contradice claramente lo que la misma Escritura enseña. Por ejemplo, en Apocalipsis 21:4 se nos dice que en el cielo:
“Él enjugará toda lágrima de sus ojos; y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.”
Si en el cielo no hay dolor, ni clamor, ni muerte, ¿cómo podría haber violencia?
La clave: el texto griego
Para resolver esta aparente contradicción debemos acudir al texto original en griego de Mateo 11:12:
Ἀπὸ δὲ τῶν ἡμερῶν Ἰωάννου τοῦ βαπτιστοῦ ἕως ἄρτι ἡ βασιλεία τῶν οὐρανῶν βιάζεται, καὶ βιασταὶ ἁρπάζουσιν αὐτήν.
Literalmente se traduce de griego:
"Desde los días de Juan el sumergidor, hasta ahora mismo, el reino de los cielos está siendo luchado enérgicamente (biázō); hacia él están arrebatando (jarpázō)."
Según la traducción literal del griego bíblico la cual puede revisar en LogosKLogos: Biblia interlineal español griego RV60 Tischendorf Mt 11:12, Mateo se refiere a que con la llegada de Juan el Bautista y el bautismo de arrepentimiento, se inició una búsqueda intensa por alcanzar el perdón para entrar al Cielo.
Una traducción más fiel
Si tomamos en cuenta que la palabra griega “jarpazo” se refiere a "arrebatar", "apoderarse" o "raptar" de manera repentina, violenta o en forma anticipada a que ocurra otra cosa, entonces podemos tener una traducción más directa, del texto:
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos está siendo buscado con empeño, y los que se esfuerzan por alcanzarlo lo están anticipando.”
Lo que está diciendo Mateo es que el bautismo de Juan marcó un antes y un después, ya que, a partir de ese momento, el Reino de los Cielos, que es Yehoshúa HaMashiaj se volvió accesible para aquellos que perseveran en los mandamientos de Dios y se esfuerzan por alcanzarlo.
Esto cambia radicalmente el sentido del pasaje: ya no se trata de que el cielo sufra violencia, sino de que los hombres hacen un esfuerzo decidido por alcanzar a Yeshúa el Mesías, el cual se ha acercado a ellos.
Confirmación en Lucas 16:16
Esta interpretación armoniza perfectamente con Lucas 16:16:
“La ley y los profetas se proclamaron hasta Juan; desde entonces se anuncian las buenas nuevas del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él.”
Tanto Mateo como Lucas se refieren al cumplimiento de la profecía de Isaías 40:3-5, también citada en Marcos 1:2-4, donde se anuncia un antes y un después con la aparición de Juan el Bautista.
Antes de él, el Reino se conocía únicamente a través de la Torah y los profetas (Luc. 16:16). Con Juan comienza una nueva etapa: anuncia que el Reino de Dios se ha acercado en la persona de Yeshúa (Mr. 1:15). Desde entonces, multitudes comenzaron a bautizarse, adelantándose con empeño a entrar en el Reino.
Esto mismo ocurre hoy: muchos insisten en buscar la salvación, y así se cumple lo dicho en Mateo 24:22, donde los días serán “acortados” (anticipados) por causa de los escogidos.
Conclusión
¿Es verdad que el cielo sufre violencia? La respuesta categórica es: ¡no!
Ni el cielo sufre violencia, ni necesitamos ser violentos para entrar en él. No entraremos por nuestra fuerza, sino porque Dios nos introduce en su Reino.
Tampoco es necesario ser “violentos” para arrebatar milagros y bendiciones, como enseñan algunos líderes, pues la Escritura declara en Deuteronomio 28:2:
“Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces al Señor tu Dios.”
Dios permitió que Yojanán haMatvil (Juan el Bautista) fuera la voz que anunciara el tiempo de nuestro éxodo espiritual. Como está escrito en Marcos 1:15:
“El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio.”Hay, entonces, un antes y un después en la entrada al Reino de Dios:
- Antes: la Torah y los profetas enseñaban el camino.
- Después: con el anuncio de Juan y la llegada del Mashiaj, la entrada al Reino es por la Torah y los profetas y por el testimonio de Yeshúa.
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