Cuando Yohanan (Dios es Misericordioso) haMatvil, Juan el Bautista inicia su ministerio el cuerno de la “Bestia”, es decir el emperador romano era Tiberio Cesar, que gobernó desde el año 14 a.C hasta el año 37 d.C, y su representante ante la tierra de Israel era Poncio Pilato. Luc.3.1
La “Bestia” (el sistema de gobierno romano) dividió la tierra de Israel dándole “cierto poder” a Herodes Antipas hijo de Herodes el Grande con una samaritana, quien gobernó en Judea, Galilea y Perea, mientras que su hermanastro Felipe, cuya madre era de Jerusalén pero no era judía, gobernó el territorio al norte de Galilea. También se dio poder sobre una pequeña región en la frontera con Siria a Lisanias del cual se conoce muy poco. En ese entonces el poder del sacerdocio estaba en manos de los saduceos Anás y Caifás. Todos mencionados en Luc.3.1-2.
Para el año 15 del gobierno del emperador Tiberio, que viene a ser el año 29 d.C, la situación en la tierra de Israel era muy difícil y la gente tenía la expectativa de la llegada un Mesías libertador, que traería el fin del mundo con su juicio para los malvados, por lo que todos buscaban cómo ponerse a cuentas con Dios y salvarse de la ira venidera. Es en ese año que se inicia el ministerio de Juan el Bautista el cual viniendo del desierto de Judea bautizaba por toda la región contigua al Jordán, anunciando que el reino del Cielo estaba cerca y que era necesario arrepentirse, Mt.31-2, Mr.1.4, Luc.3.1-6.
Este anuncio de Juan, junto a la expectativa de la llegada un Mesías y su juicio provocó, que una gran cantidad de personas vinieran de todas partes de Israel, especialmente de Jerusalén, de toda Judea y sus alrededores, a buscar ese arrepentimiento mediante la purificación por el bautismo.
Las multitudes que corrieron hacia Juan buscando el perdón de sus pecados estaban compuestas de publicanos. soldados, quizás también enfermos y también vinieron; fariseos y saduceos, todos tenían miedo a perder la salvación. Mt.3.1-2, Luc.3.7 Mt.3.5-7, Luc.3.12.
Tanto era el “alboroto” que produjo el “Bautista'', que el poder sacerdotal envió a investigar si Juan era el Mesías esperado Jn.1.19-20. También la multitud estaba confundida y creían Juan era el Mesías, Luc.3.15. Juan les respondió a todos que él no era el Mesías sino, que él era de quien hablaba la profecía de Is.40.3 y les explicó que, él los bautizaba (purificaba) en agua, pero el Mesías los sumergirá en el Ruaj Hakodesh.
A la multitud le llamaba la atención que el ritual de la purificación con agua se hacía en el templo, Núm 8.7, Núm.19.17, Hch.21.26, sin embargo Juan estaba limpiando a todos los impuros (enfermos y transgresores) en el Jordán como hizo Eliseo en 2 Rey.5.14 con un gentil. Por tanto todo aquel que se sentía impuro podía ser sumergido en el Jordán y ser limpio de sus pecados sin pagar los servicios del templo y estar purificado para la llegada del Mesías y de Su Juicio.
La gente estaba desesperada y le pedían a Juan que les dijera que hacer para obtener el perdón de Dios y Juan de acuerdo a los presentes les hablo de arrepentirse de las deshumanización, es decir ser indiferente a la necesidad del otro, a otros les hablo de arrepentirse de la corrupción y a otros les dijo que se arrepintieran de ser injustos y que fueran agradecidos con lo que tenían. Luc.3.10-14
Pero a otros no les dijo que se arrepintieran, sino que se dieran cuenta de su condena, Mt.3.7,
Pero cuando vio que muchos de los fariseos y saduceos venían para el bautismo, les dijo: ¡Camada (nacidos) de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira que vendrá?
En esta porción vemos que Juan se dirige a los poderosos que por un lado controlaban el poder económico y sacerdotal (los saduceos) y por otro lado a los que controlaban las masas creyentes (los fariseos). Ambos conducían al pueblo con engaño Mt.23.3 y sabían que el Mesías vendría y que el tiempo de condena para ellos se había acortado, así que muchos de ellos venían buscando la purificación por si acaso Juan el Bautista era el Mesías esperado.
Pero Juan había sido llamado por Dios para que las multitudes se dieran cuenta que sus expectativas del fin del mundo eran ciertas como nos lo muestra en el siguiente versículo de Mt.3.12
El bieldo (el aventador) está en su mano y limpiará completamente su era (lugar para trillar los cereales); y recogerá su trigo en el granero, pero quemará la paja en fuego inextinguible.
Con este pasaje, Juan nos esta mostrando que él solo es un vocero del Mesías, que ha sido enviado para darles un tiempo de arrepentimiento a los que han sido puestos en “escapatoria”, y que se inicia con él lo que se conoce como el periodo mesiánico. Observe que aunque todavía no se ha presentado el Mesías, Juan esta revelando el juicio que traerá, el “aventador” es para trillar (separar) el trigo de la cizaña e impurezas, las cuales serán quemadas el Día Final cuando regrese Yeshúa el Mesías.
El ministerio de Juan es el testimonio que nos muestra Hashem, para que entendamos que, el Árbol de la Vida, se había acercado desde la Jerusalén Celestial, como se observa en Jn.1.6
Vino al mundo un hombre enviado por Dios, cuyo nombre era Juan. Este vino como testigo, para testificar de la luz, a fin de que todos creyeran (exhibieran su Fidelidad) por medio de él. No era él la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz.
Él “enviado (apóstol)” Juan, en este pasaje confirma que Juan el Bautista o cualquier líder humano no es un Mashiaj sino un testigo del Árbol de la Vida, la Luz, por lo cual ni Juan, ni ningún hombre debe ser tomado como un "ungido", porque Juan, igual que Elías es; “un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras” y tal vez debido a esto se enfrentó al poder de la “Bestia” representado en Herodes Antipas, lo cual provocó su encarcelamiento y posterior muerte, Luc.3.18-20 e incluso dudo de su misión y del Mesías Mt.11.2-3.
El mensaje de Juan el Bautista continúa en el presente, “el Cielo se ha acercado”, hoy tenemos la misma expectativa del fin de este mundo y el regreso del Mesías, e insistimos en la purificación y la salvación como esta escrito en Mt.11.12.
desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos es insistido y los que insisten lo anticipan.
Pero al igual que las multitudes que se acercaron a Juan el Bautista las multitudes de hoy están siendo confundidas por los poderosos.
Shalom
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