Vivimos en un mundo donde la injusticia parece prevalecer. Los malos prosperan, los creyentes sufren, y a menudo nos preguntamos: ¿realmente Dios hará justicia? La Biblia responde con claridad: sí , porque Dios es un juez justo .
A diferencia de los juicios humanos, que pueden ser parciales o limitados, el juicio de Dios se caracteriza por su equidad perfecta y su santidad absoluta. Comprender el juicio divino es esencial para el creyente, pues nos da esperanza y nos ayuda a perseverar. Para entenderlo, es fundamental responder a la pregunta: ¿qué es el justo juicio de Dios?
1. La Naturaleza del Justo Juicio
El término bíblico para juicio, del griego krisis , significa "decisión" o " separación ". Originalmente, era una palabra agrícola que se refería al momento en que se separaba el trigo de la paja. De manera similar, el juicio de Dios será una separación , una crisis. en el sentido más profundo de la palabra.
A diferencia de los juicios humanos, el de Dios no se basa en apariencias ni en intereses personales. Como dice Génesis 18:25: “¿Acaso el Juez de toda la tierra no ha de hacer lo que es justo ?”. Su juicio es perfecto porque se basa en su propia naturaleza santa y en la verdad. La humanidad entera comparecerá ante Él, y los testigos serán su Palabra ( la Torá ) y las obras de cada persona.
2. La Separación de los Acusados
Para entender esta separación , debemos saber que hay dos tipos principales de acusados: los creyentes y los no creyentes . Sin embargo, dentro del grupo de creyentes también hay una separación entre los fieles y los infieles. Todos, sin excepción, comparecerán ante el tribunal del Mesías (Romanos 14:10).
El juicio será justo, imparcial y perfectamente informado, pues “todas las cosas están desnudas y abiertos a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Hebreos 4:13). La ejecución de este juicio es, en sí misma, una muestra de justicia, Dios juzgará a los creyentes en un proceso separado del juicio de los no creyentes.
Para los creyentes , será una separación de las cosas terrenales , mientras que para los no creyentes será una separación de Dios . Sin embargo, para todos, el juicio ocurrirá después de la resurrección (Hebreos 9:27).
3. El Justo Juicio para los Creyentes
¿Qué es un creyente?
Un verdadero creyente en Dios no es simplemente alguien que “ cree ”, es decir, que deposita su conciencia en algo que desea. Más bien, es una persona que manifiesta en su vida lo aprendido de la Palabra de Dios . Es alguien que ha sido educado en ella, que lleva consigo la fidelidad (emunah) y permanece inmutable, sin apartarse de esa verdad.
Para los creyentes, el justo juicio de Dios se desarrollará en dos partes :
Primera parte:
Desde que es escogido por Yeshúa, entra en un proceso continuo en su vida: una separación progresiva de los apegos y pasiones terrenales, fundamentada en la Palabra de Dios. Este proceso puede resultar doloroso, porque implica renunciar a lo que antes le agradaba, y además porque los no creyentes lo perseguirán. con la intención de que vuelva a ser como ellos. Sin embargo, esta tribulación es justa y necesaria para ser hallado digno del Reino (2 Tesalonicenses 1:5).
El creyente que persevera en esta etapa es aquel que edifica su vida buscando primero el Reino De Dios y todo lo que realmente necesita le será añadido (Mateo 6.33)
Segunda parte:
Es la comparecencia ante el Mesías en Su regreso. Los creyentes que ya hayan muerto serán resucitados, y los que estén vivos en ese momento serán transformados en un instante. Con cuerpos gloriosos, todos compararán ante el Mesías para recibir el veredicto final. Este veredicto no será de condena, sino de recompensa: se otorgarán "galardones" conforme a cómo cada uno edificó su vida en obediencia a los mandamientos. El Pablo apóstol compara esta parte, con la construcción de un edificio ( 2 Corintios 5:9–10).
Si la vida del creyente se levanta con fidelidad inmutable y con una entrega desinteresada al servicio de los demás, incluso sin apego a su propia vida , será considerada como un edificio de oro, plata o piedras preciosas . Una vida así no solo es hermosa, sino también difícil de destruir por manos humanas, y además será digna de recibir mayor honor que la de aquellos que no edificaron con la misma firmeza.
En cambio, si un creyente edificó su vida con dudas respecto a la Palabra, con temores y con una santidad intermitente, sus obras se asemejarán a un edificio de madera, heno o paja . Es decir, a una vida frágil , fácilmente quebrantada por la oposición humana, de modo que Dios mismo tuvo que sostenerlo y guardarlo más que a otros para hacerlo digno del Reino. En la reunión con el Mesías, estos creyentes no perderán su cuerpo incorruptible , pero en el justo juicio recibirán menos honor que aquellos que edificaron con plena decisión de apartarse de lo terrenal, incluso de sus propias vidas. (1 Corintios 3:15).
4. El Justo Juicio para los No Creyentes
El apóstol Pablo distingue dos categorías de no creyentes ( 2 Tesalonicenses 1:8 ):
Los que no conocen a Dios .
Los que, habiendo escuchado Su Palabra, no la obedecieron .
Dios, siendo justo, entrega a las pasiones terrenales a todos aquellos que serán separados de Él; de este modo les compensa la angustia y el “rechinar de dientes” que culminará en la destrucción total. Los no creyentes viven bajo la lógica de “comamos y bebamos, porque mañana moriremos” (1 Corintios 15:32). Pero cuando sean levantados después del milenio (Apocalipsis 20:5), se enfrentarán a la terrible realidad de que todo lo que vivieron en lo terrenal fue una mentira. Entonces comparecn avergonzados en un juicio donde la Torá y sus obras testificarán en su contra.
Los desobedientes:
Aquellos que conocieron la Palabra y la desobedecieron serán juzgados tanto por la Torá como por sus propias obras (Apocalipsis 20:12).
Los que no lo conocieron:
Aquellos que no conocieron a Dios serán juzgados únicamente por sus obras, pues es justo que, al no haber conocido Su Palabra, el juicio se base en las acciones de bien o mal que realizaron (Apocalipsis 20:13).
Conclusión
¿Qué es el justo juicio de Dios? Es una separación.
Para los creyentes, la separación significa apartarse de las pasiones terrenales para ser hallados dignos de unirse a Dios. Para los no creyentes, en cambio, es una separación de Dios para entregarse plenamente a las pasiones terrenales, en espera de una destrucción completa.
Para los creyentes , esta separación de lo terrenal puede ser dolorosa en este mundo; Sin embargo, el veredicto final no será de culpabilidad, sino de recompensas o pérdidas.
Para los no creyentes , la separación de Dios puede aparecer ganancias o pérdidas materiales en lo terrenal, pero pasajeras, porque el veredicto final será de culpabilidad, vergüenza y destrucción total.
El justo juicio de Dios es, al mismo tiempo, un consuelo y una advertencia , como afirma Shaúl en Romanos 2:5.
"Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, estás acumulando sobre ti mismo castigo para el día del castigo, cuando se revela el justo juicio de Hashem"

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