La palabra diezmo aparece en el Antiguo Testamento unas 33 veces mientras que en el Pacto Renovado con la venida de Yeshúa aparece tan solo unas 9 veces, esto tiene que ver con lo que pasó en los llamados “400 años de silencio''. Antes de entrar a este periodo el “pueblo escogido” era gobernado por un rey 1 Sam.8.5, y un sacerdocio que era ayudado por los levitas, 1 Cr.23.27-28.
El rey trajo imposiciones que no estaban en la Torah y no hubo acciones del sacerdocio que se lo impidiera, 1 Reyes 12.12-14, por lo que la nación se dividió y perdió la bendición de su tierra, unos fueron esparcidos al mundo a través de Asiria, 2 Reyes 17.6-7, y otros fueron llevados cautivos a Babilonia después del saqueo de la “Casa del Tesoro” (el Alfolí), 2 Reyes 25.9 y la destrucción del templo, 2 Reyes 25.18-21, con lo cual se terminaron los sacrificios, ofrendas y diezmos.
Pasados unos 70 años, parte de la cautividad de Babilonia regresó a Judá cuando faltaban unos 500 años para la llegada de Yeshúa. Pero ya no tienen reyes, ni templo, ni sacerdocio, se encontraron con una tierra abandonada y en partes ocupada por gente que no era del pueblo de Dios. Muchos tuvieron que ver cómo sobrevivir. Fue entonces que bajo el liderazgo de Esdras y Nehemías, construyeron un segundo templo.
No podían tener reyes porque sus reyes eran los de Babilonia, por lo que el sacerdocio tomó el liderazgo de la nación con el apoyo de los levitas quienes debían cumplir lo acordado con Hashem, guiar al pueblo en la Torah Ex.28.1-2. Se restauró el sacerdocio y los levitas iniciándose el servicio del templo, los diezmos, los sacrificios y ofrendas, Neh.10. Pero el pueblo no tenía las tierras que tenían antes de la deportación por lo que les era difícil cumplir con los diezmos y las ofrendas.
Un tiempo después aparece el profeta Malaquías como vocero de Hashem para mostrarnos, que el liderazgo sacerdotal se había desviado de la misión que Hashem les había establecido, como se puede ver en, Mal. 1.6
El hijo debe honrar a su padre, y el esclavo a su amo. Ahora bien, si Yo soy un padre, ¿dónde está el honor debido a Mí? Y si yo soy su maestro, ¿dónde está la reverencia debida a mí? dice el SEÑOR de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes que escarnecéis mi nombre. Pero tú preguntas: “¿Cómo hemos despreciado Tu nombre?”
Note que la acusación no era para el pueblo, era para los líderes de la nación, es decir los sacerdotes, que en vez de cumplir su trabajo, se habían dejado corromper aceptando todo lo que el pueblo llevaba, sin hacerles ver que estaban llevando cosas “tamé” (impuras) Mal.1.7-8, cuando debieron cuidar que estas fueran sagradas, Éx.28.38.
Con su corrupto proceder el sacerdocio estaban convirtiendo las bendiciones de Hashem en maldiciones, Mal. 2.1-3, haciendo que “muchos tropezaran” en la Torah y se apartaran del camino de Hashem, Mal.2.8. Lo que hacían estos líderes rompía la consagración que se les había hecho como sacerdotes, Núm.8.19
Es entonces que Hashem les dice que dejen de defraudarlo al privarlo de ofrecer alimentos “íntegros” a los necesitados, como se observa en la versión hebrea de Mal.3.7-10.
Desde los mismos días de vuestros padres os habéis apartado de Mis (חֹק Juk) ordenanzas y no las habéis (שָׁמַר shomer) obedecido. Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes, dice Hashem צְבָא֑וֹת Tzevaot. Pero tú preguntas: “¿Cómo regresaremos?” ¿Debe el hombre defraudar a Dios? Sin embargo, me estás defraudando (despojando). Y preguntas: “¿Cómo te hemos estado defraudando?” En diezmo y ( תְּרוּמָה trumah) ofrenda. Estás sufriendo bajo una maldición, pero sigues defraudando a Mí, a toda tu nación. Traed el diezmo íntegro a la בֵּ֣ית הָאוֹצָ֗ר casa del tesoro, y haya alimento en mi casa, y probadme así, dice Hashem Tzevaot. Ciertamente abriré las compuertas del cielo para ti y derramaré bendiciones sobre ti;
Si escudriñamos estos pasajes de Malaquías, podemos ver que Hashem le habla al sacerdocio, porque se habían apartado de sus responsabilidades establecidas en la Torah, les pide que vuelvan para que Él pueda volverse a ellos.
Al parecer el nivel de corrupción era tan grande, que les parecía bien lo que estaban haciendo, por lo cual Hashem les pregunta si es correcto aceptar cosas tamé del pueblo y no corregirles y les deja ver que lo están despojando. Lo están despojando del derecho de alimentarlos a ellos mismos, con cosas qadoshim (santificadas) y lo despojan del derecho a proveer alimento a los necesitados.
En simples palabras estaban trayendo maldición porque el primer diezmo que se daba en el templo era para mostrar amor a Hashem y el respeto a Su Palabra, Deut 14.23, mientras que el segundo era para para que “Hashem vuestro Dios os bendiga” Deu.14.29 y eso es lo que les decía con "abrir las compuertas del cielo".
Toda esa corrupción trajo como consecuencia que después de Malaquías viniera el periodo conocido como los 400 años de silencio. Periodo en el que entraron a la tierra de Israel los griegos trayendo consigo el helenismo con sus prácticas idolátricas y licenciosas, después los romanos con su gobierno mundial basado en un emperador, “el Cesar”, quien viene a ser el “Rey del Mundo”, para quien todo se representaba con dioses y dinero. El diezmo perdió importancia y su función y los impuestos de Roma y del templo eran lo más importante.
En ese tiempo desaparece el sacerdocio que descendía de Aaron y solo quedan algunos levitas. Pasados esos 400 años se cumplió la profecía de Miqueas 5.2, vino Mashiaj, el templo estaba administrado por un sacerdocio que no era de Aaron sino puesto por los saduceos con el apoyo de los “herodianos” y los romanos, quienes competían con los fariseos por el control político y económico del templo. Habían pocos levitas en el templo, unos se habían ido al desierto como los esenios y otros eran ciudadanos comunes, Jn.1.19, Hechos 4.36.
El templo fue remodelado por Herodes y se estableció una administración soportada en un sumo sacerdote saduceo, un grupo de “intelectuales” llamados escribas y el partido de los fariseos apoyados todos por algunos levitas.
Desde su inicio el ministerio de Yeshúa creció con gente que no contaban con la bendición de una tierra para producir y dar diezmos, por lo que eran soportados económicamente por gente que aportaba recursos a través de ofrendas, Luc.8.1-3
Debido a las cargas tributarias, la tierra de Israel estaba dividida en ricos y pobres a los que se les impusieron impuestos del “Rey del Mundo”, Mr.12.13-17 e impuestos del templo, Mt.17.24-27. La “Casa del Tesoro” dejó de ser un almacén de alimentos y se convirtió en un banco, Mr.12.41 y una cueva de ladrones Mt.21.12-13.
Yeshúa también llamó hipócritas a estos “líderes sacerdotales” (no descendientes de Aaron), porque le dieron más valor a la tradición oral (palabra de hombre), que a la Torah escrita, con esto controlaban al pueblo, como se ve en Mt.15.1-3, donde podemos apreciar que ellos imponen mandamientos de hombres pero rompían los mandamientos Dios.
Yeshúa les hizo ver su hipocresía en Mt.15.5 donde ellos expresan más amor al dinero que a cumplir la función “que no haya hambre en el pueblo de Dios”. En ese pasaje se observa que para los líderes sacerdotales es preferible dejar de ayudar a los padres que estén en necesidad, que dejar de ofrendar a Dios, es decir, llevar los diezmos y ofrendas al templo. Pero no ayudaban ni a sus propios padres con lo que quebrantan el mandamiento de honrar a los padres Mt.15.3-4.
Eran hipócritas porque desde “la cátedra de Moisés”, es decir sus púlpitos en las sinagogas ellos decían enseñar la Torah, pero sus obras fuera de las sinagogas no eran acorde a los Mandamientos de Dios, Mt.23.1-4.
Así llegamos a un momento cumbre de las acusaciones de Yeshúa contra aquel sacerdocio, que había usurpado el pacto que se hizo con Aaron en el Sinaí y les llama engañadores (hipócritas) en Mt.23.14-15.
¡Ay de vosotros, escribas y Perushim (Fariseos), hipócritas! Quienes diezman de la menta y el comino, quebrantan los grandes mandamientos de la Torah, es decir, abandonan la rectitud y la gracia y la fidelidad, y estos son los mandamientos que hay que cumplir, y no conviene olvidarlos.
Notemos que en el tiempo de Mashiaj se diezmaba, pero Él llamó a los lideres “engañadores”, es decir gente que atrae dulcemente a otros para mentirles, estafarlos o traicionarlos. Él nos deja ver que ellos diezmaban de sus fincas, pero eso no les da ningún mérito, porque eso es parte de sus responsabilidades. Lo que sí hubiera sido meritorio, era que se aseguraran de cumplir de manera correcta sus responsabilidades de satisfacer las necesidades de los pobres del pueblo de Dios. Por eso les dice que han abandonado la rectitud la gracia y la fidelidad de Hashem, es decir, estos sacerdotes no caminaban en la rectitud de la Torah para cumplir el objetivo de los diezmo, que no haya pobres en el pueblo De Dios.
Y luego los llama tres veces “líderes ciegos”, Mt.25.14, Mt.23.16 y finalmente en Mt.23.24 les dice:
Líderes ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello.
Para entender este pasaje debemos comprender que Yeshúa está usando una metafora de lo que podrías; ser colar el vino o el aceite en sus procesos de producción algo entendible en esos tiempos y en esa cultura. Lo siguiente que debemos ver es que está hablando de dos animales tamé (impuros), Deu.14.19, Deu.14.7.
Notemos que Yeshúa primero les llama “líderes ciegos” porque no ven la Torah sino sus propias leyes y luego los compara a un “colador”, pero este colador retiene las impurezas pequeñas, mientras deja pasar las impurezas tan grandes como un camello.
Las impurezas pequeñas son los mandamientos del hombre, tales como lavarse las manos, algo pequeño e insignificante ante un mandamiento de Hashem. pero para los líderes “ese mosquito” (palabra de hombre) era de estricto cumplimiento, sin embargo permiten que una viuda pobre, que según la instrucción de Hashem, debe ser sustentada, pague de lo poco que tiene a la “Casa del Tesoro”, aunque se quede sin sustento, Mr.12.41-42, eso es tragarse un camello, (no cumplir la Palabra de Dios) es decir quebrantar el mandamiento de Hashem, "que no haya necesitados". Para esos líderes era más importante el dinero en en templo que la vida de una viuda pobre.
Otro ejemplo de impureza pequeña (mosquito) es Mt.27.6, Judas devuelve el dinero que los sacerdotes le habían dado por entregar a Yeshúa, dinero que posiblemente salió del Alfolí, pero ellos vieron mal (“mosquito”) devolverlo a la “Casa del Tesoro” porque se usó para hacer prisionero a un inocente, pero aceptaban “tragarse el camello”, es decir asesinar a Yeshúa, con lo cual estaban quebrantando el sexto mandamiento de la Torah, “no matarás”.
Recordemos que estos sacerdotes no eran descendientes de Aaron, esos eran unos engañadores que cerraban el reino de los cielos, Mt.23.13, no les importaban los necesitados, Mt.23.14, condenaban a los gentiles que se convertían, Mt.23.15, para ellos era más importante el dinero que recogían en el templo, que lo que representaba el templo, Mt.23.16-22.
Esta confrontación entre Yeshúa y los engañadores terminó con el sacrificio y resurrección del Mashiaj, Mt.28.1. Luego 50 días después, en la Fiesta de Shavuot, cuando se debía estar entregando parte del primer diezmo, se inició el cumplimiento de Joel 2:28.
Pasado un tiempo ese sacerdocio de líderes ciegos, continuó administrando el templo, Hch.4.1, Hch.4.5-6. y es posible que aunque los seguidores de Yeshúa asistían al templo, Hech.3.1, el liderazgo del templo no los ayudaba, pero crecían y se establecieron en Jerusalén y para sobrevivir crearon un fondo común para ayudarse entre ellos, Hch.2.42-47.
Pasaba el tiempo y los enviados de Yeshúa (apóstoles), hacían muchos milagros por él Poder del Ruaj HaQodesh con lo cual la comunidad crecía, pero también los necesitados porque muchos no tenían tierras. Ellos seguían yendo al templo pero el sacerdocio los veía mal pues empezaron a seguirlos gente de otras ciudades que ya no iban a llevar diezmos u ofrendas al templo, Hch.5.12-16. Esto provocó que los líderes sacerdotales iniciaran la persecución de los seguidores de Yeshua, Hch.5.17-18.
Los seguidores de Yeshúa pueden haber sido apartados de cualquier beneficio del templo, pero ellos mantenían la función del “segundo diezmo” (el que era para ayudar a los hermanos necesitados en las ciudades), Hch.6.1. Pero esta ayuda a los necesitados se hacía con orden y administrada por hombres llenos del Ruaj HaQodesh, Hch.6.3-5. La comunidad de creyentes en Jerusalén creció tanto que hasta miembros del sacerdocio se convirtieron en seguidores, Hch.6.7.
Pero así como crecían los seguidores en la comunidad así también crecía la cizaña y entró la división, Hch.6.9. Esto le permite a los líderes sacerdotales intervenir y usar la mentira para asesinar a Esteban, el encargado de administrar los alimentos a los necesitados del pueblo, Hch. 7.60.
Con el llamamiento de Shaul, Hch.9.3.5 el Testimonio de Yeshúa se expandió a otras tierras alcanzando a muchos gentiles y judíos. Él fundó muchas congregaciones pero en ninguna estableció ningún diezmo sino que pedía ofrendas para los necesitados, 1 Cor.16.1-2, Rom.15.26, 2Cor.8.1-6. Y para él por su obra de llevar las Buenas Nuevas para salvación era justo por la la Palabra, que recibiera un salario aunque no no lo exigía para no causar estorbo al Evangelio de Mashiaj, 1Cor 9.11-12.
Unos 40 años después del sacrificio y resurrección de Mashiaj, Shaul ha muerto y los romanos saquean la “Casa del Tesoro” y no dejaron piedra sobre piedra del templo, con esto se terminaron como estaba escrito el sacerdocio levítico Éxodo 29:9,
Conclusión
Cuando Yeshúa inició su ministerio, habían pasado 400 años desde el Profeta Malaquías, el liderazgo sacerdotal ya no eran genuinos descendientes de Aaron y estaban más enfocados en las riquezas del templo que en el cumplimiento de la función de los diezmos.
Aun estando en pie el templo, Yeshúa desarrolló su ministerio en base a ofrendas, lo mismo hicieron sus primeros seguidores y años más tarde Shaul había instruido como recoger ofrendas 1 Cor.16.1, para cumplir la función de que no haya necesitados en el pueblo de Dios. Esta ofrendas se daban de acuerdo a lo que el dador podía aportar según sus posibilidades mientras se instruía en la Torah y el testimonio de Yeshúa en cada shabat.
Lo que transformó definitivamente la administración del diezmo después de Yeshúa fue la destrucción del templo y con esto el pueblo de Dios se ha visto dividido en dos pueblos; uno que se hace llamar judío y otro que se hace llamar cristiano (católico y evangélico). Ambos pueblos hoy tienen un concepto diferente de lo que es la administración del diezmo.
Los judíos de hoy no diezman, sino que usan diferentes modelos administrativos para aportar dinero al crecimiento espiritual del judaísmo, por ejemplo, los pagos de membresía en una sinagoga donde asisten con lo cual tienen derecho a educarse en la Torah y recibir asistencia espiritual. También usan el modelo de ofrendas para cumplir el mandamiento de que no haya necesitados en el pueblo, para eso entregan aportes (ofrendas) a personas, instituciones de caridad o servicios sociales principalmente dentro del pueblo. Todo esto de acuerdo a sus posibilidades económicas, porque no se pueden convertir en necesitados al dar lo que no tienen.
Por otro lado el día de hoy, el pueblo de los cristianos católicos originados en el Siglo IV d.C., no diezma, sino que reciben limosnas que se entregan durante los actos litúrgicos y cobran por los servicios de los sacramentos (misas, bautizos, matrimonios, etc).
Los cristianos protestantes o evangélicos, que surgieron en el Siglo XVI después de Yeshúa y hoy están divididos en más de 32 mil denominaciones son los únicos que aplican un modelo de recogida de diezmo y ofrendas los cuales administran de acuerdo a sus propias regulaciones. Muchos de ellos sostienes que su modelo se basa en la "Torah" y que si, los miembros de una congregación, no diezman le están robando a Dios, pero el pasaje de Malaquías, que usan para decir esto, no se refiere a los miembros de la congregación, sino a los líderes, aunque también muchos sostienen que la "Torah" esta abolida.
Cuando Yeshúa vino, la división social en el pueblo escogido era la sombra de lo que es hoy, con pocos que exceden en riqueza y muchos necesitados. Por lo que Dios sabe que no todos podemos dar un 10% incluso la viuda pobre dio de lo que podía dar sin que esto le causara la muerte por no poder alimentarse.
Un creyente sea del pueblo judío o cristiano no es salvo por dar diezmos u ofrendas, pero hacerlo le ayudará a que Dios le pueda bendecir en cualquier obra de sus manos, fortalecerá su relación con Dios y le ayudará a guardarlo del "día de la prueba" que ya esta en el mundo.
No juzgamos si un creyente o una organización del pueblo de Dios esta haciendo mal o bien con respecto al diezmo, solo podemos escudriñar si lo que hacen es conforme a lo que está en Las Escrituras.
Ya no hay templo ni sacerdocio levítico, por tanto no sacrificamos animales, pero como creyentes, estamos llamados a ofrecernos como sacrificio vivo, Rom.12.1, no estamos obligados a ser circuncidados, pero tenemos la circuncisión del corazón por el Ruaj HaQodesh, Rom.2.29, y no estamos obligados a llevar diezmos de lo que produzcamos a una “Casa del Tesoro”, que no existe en lo terrenal.
Pero hoy día, existen los pobres y necesitados en el pueblo de Dios, por lo que si en una congregación, el liderazgo enseña la Palabra de Dios no diluida con palabra de hombre y recibe diezmos, lo haría para que no haya necesitados en esa congregación.
Si el liderazgo de una congregación no actúa según los mandamientos de Dios, entonces el diezmo se puede ver como el segundo diezmo, el que se da en los asentamientos donde residimos. En este caso se puede ofrecer a personas o instituciones que sirven a Dios, cumpliendo el objetivo de que no haya necesitados en el pueblo de Dios.
Si Hashem nos ha permitido tener alimento en nuestras casas, debemos honrarlo comiendo agradecidos y alegres delante de Él sin olvidarnos que en la Casa de Hashem (el pueblo) hay hermanos con dificultad para alimentarse y es Mandato de Hashem ayudarlos con el diezmo en nuestros "asentamientos", si esta en nuestras posibilidades, o con lo que Él nos permita ayudar a nuestros hermanos necesitados. Miremos a nuestro alrededor y veamos si nuestros padres ancianos tienen necesidad, si nuestros familiares tienen necesidad o si los hermarnos de nuestra congregación tienen necesidad y si no hubiere necesidad en el pueblo miremos las organizaciones de ayuda social de nuestros diferentes "lugares de asentamiento", porque escrito esta en Gal.6.10,
Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe.
Por algo Él nos dijo en Mr.14.7
Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros; y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis.
Shalom
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