Las Parábolas de Yeshúa



Todos sabemos que Yeshúa utilizó las parábolas para enseñar, pero pocos saben que el vocablo "parábola" es un derivado de dos palabras griegas: la preposición para (al lado de) y el verbo balo (arrojar). La palabra compuesta connota la idea de colocar, poner, arrojar algo al lado de otra cosa para que sirva como punto de comparación. 

Una parábola es un recurso educacional que usaba Yeshúa para dar a entender una idea mediante comparaciones exponiendo imágenes o alegorías a personas con un nivel educativo basado en experiencias personales.

Muchos han entendido que Yeshúa usaba las parábolas con el fin de encubrir u ocultar las verdades acerca del reino a los incrédulos y a sus opositores. De acuerdo a esto, el objetivo de Yeshúa al enseñar en parábolas era; que los que las escuchaban no entendieran y no se convirtieran para que no fueran salvados.

Esta creencia se desprende del relato de la parábola del sembrador en Mr.4.1.-9, de la cual pareciera que ni los mismos שְלִיחִים, sheliḥim, enviados (traducido apóstoles) la comprendieron y por eso el texto de Mr.4.10-11 puede hacernos pensar que Yeshúa está tratando de confundir a esa multitud judía incrédula, que no merecen la salvación.

Pero si en vez de leer, escudriñamos, es posible que veamos que Yeshúa le está hablando a personas que se acercaron a Él, es decir que ellos lo buscaron. La otra cosa que vemos, es que la multitud que está escuchando, está compuesta de dos tipos de personas; “los que estaban cerca de Él con los doce” y “los que están afuera”

De acuerdo a lo anterior,  pudiéramos llamar a “los que estaban cerca de él y los doce” “los de adentro” y a estos Yeshúa les dice;  que les es dado saber el “misterio del reino de Dios”, mientras que a “los que están afuera” pareciera según los pasajes, que Yeshúa no quiere que le sean perdonados sus pecados y por eso les habla en parábolas.

Para comprender mejor el tema, debemos preguntarnos ¿Para qué usaba Yeshúa las parábolas? y la respuesta nos la da Mr.4.33.

Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, según podían oírla; y sin parábolas no les hablaba, sino que lo explicaba todo en privado a sus propios discípulos.

Note en primer lugar; que las parábolas eran para enseñar Torah (las instrucciones de Dios a su pueblo) a los de afuera,  mientras que a los de adentro,  por tenerlos cerca,  les podía explicar a profundidad en privado y podemos pensar que la razón de esto era para que los de adentro sean enviados a los de afuera y les pudieran explicar con más detenimiento, es decir que hicieran discípulos.

Los de afuera, son una multitud de gente con una limitada educación, que no han sido enseñados a “los pies de nadie”, gente que siendo judía son despreciados por sus propios líderes por ser considerados pecadores, Luc.15.1-2. Precisamente por esa falta de educación en la Palabra, Yeshúa les habla de una manera que por asociación de imágenes y alegorías pudieran comprender la idea central de lo que él les quiere enseñar.

Escudriñando Mr.4.1-9 vemos que Yeshúa estaba en Galilea y a orillas del “Mar de Galilea” cuando una multitud grande se acercó y Él les empezó a enseñar en parábolas, en este caso, la parábola del sembrador, y después cuando está a solas con “los de adentro”, leemos en Mr.4.10-12

Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola.  Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los  pecados.

Si vemos estos pasajes literalmente, estaríamos dispuestos a aceptar que Yeshúa está haciendo acepción de personas (no quiere a los de afuera), más aún él estaría burlándose de aquellos, que han ido a buscarlo para que él les enseñe Torah, puesto que estaría usando la parábola para que esa multitud no entienda.

Por otro lado, note el privilegio de “los de adentro”, a quienes les ha sido dado el misterio del reino de Dios. Para entender a que se refiere esto,  debemos recordar Mt.3.2, Mt.4.17 y Mt.10.7, ya que en estos pasajes se nos confirma que el “misterio del reino de Dios” es Yeshúa que se hizo “cuerpo” para venir desde la Jerusalén celestial a buscar lo que se le había perdido. 

Cuando “los de adentro” le piden a Yeshúa que les explique la parábola del sembrador, él aprovecha para darles a conocer, cuál es el objetivo de las parábolas, Mr.4.12

para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados

Esta es la traducción, que podemos encontrar en las mayorías de nuestras Biblias, pero lo primero que debemos saber es que, en ese versículo, Yeshúa está citando las palabras del Profeta Isaías en Is.6.9-10 que dice en la versión hebrea 

A la hora de escuchar han estado escuchando y no han entendido, a la hora de ver han visto y no han conocido, el corazón de este pueblo se ha hecho gordo, sus oídos se han hecho pesados y sus ojos se han enceguecido (פֵּן pen) a menos que vean con sus ojos y escuchen con sus oídos y su corazón entienda y regresen no habrá sanidad para ellos.

Yeshúa al explicarles a los de adentro en privado,  les cita al profeta Yeshayahu (Isaias) para recordarles, como en aquel tiempo también había una multitud que siguiendo a sus reyes ya no veían y ni escuchaban la Torah. El objetivo de la cita era; que así como el llamado de Isaías era el "regreso", así era el llamado de Yeshúa a la multitud, que regresaran a la Palabra.

La cita de Isaías usada por Yeshúa nos deja ver que, así como Hashem a través de Isaías llamaba a Su pueblo a regresar (ver y oír la Torah), así ahora Hashem hecho "carne" llama a que Su pueblo a que volviera a ver con sus propios ojos y escuchara con sus propios oídos Su Palabra, es decir que no vieran las cosas a través de los ojos y oídos de sus líderes.

El objetivo de Hashem/Yeshúa no es desecharlos (como pareciera decir la traducción griega de las palabras de Yeshua en Mr.4.12), sino al contrario darles la oportunidad para que vean, escuchen y entiendan con sus propios ojos y oídos y regresen para que Él los pueda sanar (Salvar).

En ese mismo ánimo, que hablaba Isaías en el tiempo cercano a la deportación a Babilonia,  Yeshúa está hablando a la multitud en Galilea, multitud que ha perdido la paciencia y la perseverancia en la fidelidad de Hashem, producto de las malas enseñanzas que han recibido de sus líderes. Para esos líderes, esa multitud no tenía forma de salvarse, pero para Yeshúa era la oportunidad de mostrarles que tienen derecho a Su Promesa.

Lo que Yeshúa está haciendo en Mr.4.10-12 es enseñarle a la multitud y a nosotros que Él no hace acepción de personas, y que la forma de regresar al reino de Dios es escuchar y ver con sus propios ojos, de manera que sus mentes sean transformadas en el entendimiento de los misterios del reino de Dios.  

Cuando Yeshúa en Mr.4.11-12,  pasa a explicar la parábola a “los de adentro”,  les dice en la traducción griega correcta:

Y les decía: A vosotros ha dado Dios el misterio del reino de Dios, pero para aquellos que están fuera es todo enigmático a fin de que (como esta escrito)  “vean y, sin embargo no vean, oigan y, sin embargo, no comprendan, a no ser que se conviertan y Dios los perdone”

Lo que Yeshúa da a entender a sus seguidores y enviados (los de adentro) es que ellos deben ser agradecidos de que por Gracia ya están más cerca del “Maljut Elohim”, el Reino de Dios, es decir, están comiendo del “Árbol de la Vida”, pero deben tomar en cuenta que Él vino a las ovejas perdidas de la Casa de Israel Mt.15.24 y ellos deben ayudarlo en esa misión haciendo discípulos.

Hoy esa multitud de “los de afuera” pueden ser todos los creyentes de cualquier lengua y nación, quienes de alguna manera hemos salido de los que fueron las diez tribus y a quienes por su idolatría, Hashem los llamo לֹ֣א עַמִּ֑י lo ami, que quiere decir “no mi pueblo”, por lo que,  al no ser Su pueblo, entonces,  Él no era su Dios, Oseas 1.8. Pero en aquel mismo tiempo, por su Gracia y su inmutabilidad, Él nos prometió el retorno al Pacto, como se ve en Oseas 1.10

Pero el número de los hijos de Israel (las 10 tribus) será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar; y sucederá que en el lugar donde se les dice:( לֹ֣א עַמִּ֑י lo ami)  No sois mi pueblo, se les dirá: Sois hijos del Dios viviente.

Conclusión

Hoy según las estadísticas hay más de 2 Billones de creyentes cristianos (católicos, protestantes y judíos), tendríamos que ver quienes son “los que están cerca Mashiaj con los doce” (los de adentro) y quienes son los que  “están fuera” y, por tanto, hay que hablarles en parábolas.  

Por 2 Timoteo 4, sabemos que dentro de la "multitud de hoy" hay muchos a quienes la Palabra les parece enigmática y se alejaran de ella para oír a hombres. Por algo dice 2 Timoteo 4.1-4 “y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos”.

A esos, las instrucciones de Hashem (Torah), les parecen enigmáticas y alegóricas,  pero no por eso Él dejará de recibirlos y enseñarlos aún con comparaciones (parábolas), porque siendo de su pueblo, no solo tienen la oportunidad, sino también la promesa inmutable de ser salvos, pero deben regresar a la Torah para que sean sanados. 

Si esa multitud de creyentes, tanto del tiempo de Isaías y Yeshúa, como los de este tiempo no regresa, pueden ser alcanzados por la profecía que continúa después de la cita de Isaías referida por Yeshúa. La profecía dice en Is.6.11-12:

Le pregunté: "¿Cuánto tiempo, Adonai?" Y Él respondió: “Hasta que las ciudades queden desoladas sin habitantes y casas sin gente, y el suelo yace desierto y desolado

Isaías está preguntado a Hashem hasta cuando este pueblo, esta “multitud” va a estar insensible ante la Torah y no busca regresar, y Hashem le responde con lo que sucederá cuando Él venga.  

Las parábolas las uso Yeshúa para enseñar Torah a los de afuera, a esa multitud que, al igual que hoy, son de su pueblo, pero que por enseñanzas de hombres han cerrado sus ojos y oídos a la Torah, creyendo que; la Palabra de Dios está abolida, que están en un periodo de gracia y no bajo las instrucciones (Torah) de Dios y que están en un nuevo pacto de un Dios que les va a perdonar todo. 

Pero el último capítulo del Libro de Revelaciones (Apocalipsis) es contundente para confirmar lo que Yeshúa está enseñando a la multitud (recuerde que en la multitud están también los de adentro). La enseñanza es que regresen a Su Palabra, Su Torah, Su instrucción, para que puedan entrar a la Jerusalén Celestial. Esto es lo mismo que nos enseña Rev.22.14, (traducción griega correcta) dice:

Bienaventurado son los que guardan Sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad

Shalom.







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